En la ceremonia de pesaje el sinaloense y el Canelo marcaron lo mismo: 164 libras
He dado el peso sin problemas, es señal de que vengo bien, sostuvo el hijo de la leyenda
Qué bueno que se preparó, vamos a brindar una gran pelea para todos ustedes, afirmó Álvarez
Sábado 6 de mayo de 2017, p. a13
Las Vegas.
Un Julio César Chávez júnior sonriente, aunque demacrado, mascando un gran chicle y con los ojos hundidos por la deshidratación, noqueó a la báscula y terminó con una de las interrogantes para el esperado combate de esta noche ante Saúl Canelo Álvarez, que se perfila como el más importante del boxeo latinoamericano este año.
Ante cerca de 10 mil espectadores en la Grand Arena del MGM para presenciar la ceremonia de pesaje, Canelo y Chávez júnior marcaron idéntico peso: 164 libras, media libra antes del pactado.
Desde que se concretó la pelea surgieron dudas de que el júnior librara la báscula, algo que no había hecho en años debido a indisciplinas, pero de la mano del preparador físico Ángel Heredia cerró bocas y está prepa-rado para la contienda que mantiene en vilo a millones de aficionados del boxeo en México y Estados Unidos.
Sobre todo, el sinaloense evitó una multa millonaria, pues por cada libra que se pasara debería pagar un millón de dólares. De entrada, Chávez ganará mucho menos que Canelo, quien peleará por 20 millones de dólares más un porcentaje del pago por evento; se estima que entre 30 y 45 millones de billetes verdes, mientras el júnior percibirá 13.
Cuando Chávez júnior caminaba hacia el escenario y apareció en las pantallas con playera azul, audífonos y mirada fija, recibió abucheos que pronto se opacaron con gritos de apoyo, aunque la rechifla resurgió y prevaleció sobre los aplausos cuando Saúl apareció instantes después, con playera azul y cobijado por miembros de su equipo.
Las familias de ambos eran los animadores; nunca dejaron de gritar y mucho menos cuando los boxeadores subieron a la báscula. Julio fue el primero, escuchó 164 y levantó los brazos en señal de triunfo, apretó los dientes y presumió su físico. Canelo, como una estatua en la báscula por algunos segundos, también mostró su trabajo físico
Julio César padre agitó el brazo una y otra vez para demandar el apoyo a su hijo, pero los seguidores del jalisciense buscaban la manera de callar a su contraparte, con poco éxito.
Luego estuvieron frente a frete, primero posaron para los fotógrafos y luego llegó el inevitable cara a cara, con miradas de odio, rencor o sólo enemistad, para que Saúl rematara con dos golpes al aire y enloqueciera a la gente.
He dado el peso sin problemas, es una buena señal de que vengo bien preparado. No me siento ni tan débil ni tan demacrado. Yo creo que va a ser una gran pelea. Saludos a todos y Viva México
, dijo Julio.
Qué bueno que se preparó Julio. Vamos a brindar una gran pelea, que es para ustedes
, manifestó Álvarez frente a los miles de aficionados simpatizantes de ambos peleadores con bandas rojas en la cabeza.
Aunque Chávez padre pidió hace días que los seguidores de su hijo lo apoyaran portando cintas rojas como la que él utilizaba, un patrocinador regaló muchas, pero con el nombre de Canelo.
En opinión de Ignacio Beristáin, quien preparó a Chávez y que ha reconocido la superioridad de Álvarez, su pupilo es un mocetón fuerte y de huevos; va a dar una gran pelea
.
La función tendrá como pelea coestelar, también entre medianos, la del mexicano Marco Dorado Reyes frente al canadiense David Lemieux a 10 asaltos, y entre las de respaldo, el olímpico mexicano Raúl Curiel hará su debut profesional ante Jesús Sánchez.