A 100 días de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, analistas financieros incrementaron su pronóstico de crecimiento para la economía mexicana este año de 1.1 a 1.6 por ciento, entre otros factores, gracias a que la incertidumbre generada por el gobierno de ese país se redujo más rápido de lo que teníamos previsto.

Al hacer un balance de las acciones que como presidente ha hecho hasta ahora el magnate neoyorquino, especialistas de Banorte-Ixe recordaron que si bien canceló la participación de su país en el Acuerdo Transpacífico, también moderó su postura respecto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y esta semana accedió a renegociarlo en vez de salir abruptamente del mismo.

Los analistas Gabriel Casillas y Delia Paredes, autores del reporte, dijeron que la revisión al alza del estimado de crecimiento para el país obedeció principalmente a que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revisó sus series históricas, lo que modificó la base de comparación, haciéndola más favorable, pero también a que durante el primer trimestre del año la economía mexicana creció 2.7 por ciento, según dio a conocer el Inegi el viernes, mayor dinamismo del que se anticipaba.

Sin embargo, destacaron que la reducción de la incertidumbre generada por Trump ha permitido una recuperación de los niveles de confianza.

No obstante, alertaron que en el horizonte siguen apareciendo riesgos significativos al escenario de crecimiento de México, entre otros, se espera una desaceleración del consumo privado, así como de la inversión fija bruta, en un momento en el que la actividad de construcción está siendo limitada por el esfuerzo de consolidación fiscal del gobierno.

También consideraron que la recesión de la industria minera continuará al menos durante el primer semestre, lo cual continuará anulando los efectos positivos de la mayor producción manufacturera.

Sobre los lineamientos del plan fiscal de Trump presentados esta semana, los especialistas de Banorte dijeron que los detalles se irán conociendo conforme se lleve a cabo la negociación, pero ya se destaca la reducción del impuesto a las empresas de 35 a 15 por ciento, el hecho de que no se incluyó el impuesto fronterizo (Border Adjusted Tax, conocido como BAT), la reducción del impuesto a la repatriación de capital y baja en el número de rangos de ingresos al impuesto a personas físicas de siete a tres.

Consideramos que este plan tendrá un proceso difícil en el Congreso, sobre todo por las implicaciones que los recortes a los impuestos tendrán sobre el balance público en el largo plazo, consideraron.