El boxeador que triunfa es el que ha padecido hambre, dice Francisco Coreanito Mateos, ex campeón gallo de la Federación Norteamericana de Boxeo, quien forma parte del Consejo Mundial de Boxeo.

“Saúl Canelo Álvarez y Julio César Chávez júnior son peleadores con fama, pero prefabricados. Las nuevas generaciones tienen más comodidades. Antes padecíamos de más cosas. Pasabamos privaciones que nos hacían decir: ‘no tengo dinero. Tengo que arriesgarme la vida para poder comer’”, asevera.

Sin el boxeo yo hubiera sido un albañil más, reconoce Coreanito, hombre que fue campesino, trabajador en construcciones, así como pugilista, quien después de retirarse se dedica a impartir clases de pugilismo en un improvisado gimnasio en Viveros de Coyoacán, cerca de la puerta cinco del parque.

Mateos celebrará el 1º de mayo con un acto pugilístico los seis años que lleva de instructor, oficio que le permitió seguir practicando su pasión por el boxeo. En el festejo, que comenzará a mediodía, habrá 15 peleas amateurs para demotrar parte del desarrollo que tienen sus alumnos.

Francisco llegó a ser número nueve del ranking mundial. Peleó en dos ocasiones por un cetro del orbe y aunque fue derrotado, no dejó que la frustración lo venciera. La decisión del retiro llegó porque reconoció que era tiempo de abandonar el cuadrilátero.

Dejó los encordados en 2010, pero no el boxeo.