La gema se hará con cenizas de ella y será colocada en la obra Autorretrato pendiente
Jueves 27 de abril de 2017, p. 5
La exposición Una carta siempre llega a su destino: los archivos Barragán abre con un anillo sin diamante, colocado en un nicho en el primer muro con el que se topa el visitante. Es la pieza Autorretrato pendiente. Ahí se colocará el diamante que se elaborará con las cenizas de Jill Magid, cuando ésta muera, como estipula un contrato que firmó con una empresa en 2005.
Luego viene una sala donde se ven libros y documentos colocados en muebles cubiertos por cobijas grises, los cuales no se pueden mostrar porque son reproducción de los diseñados por el arquitecto.
Además de los libros enmarcados, está la correspondencia entre la artista y Zanco, parcialmente tachada por indicación del propio museo y tomando las limitaciones de los derechos de autor como principio rector, por lo que se convierte a la ley misma en materia prima del arte
. También se proyectan varios videos.
Petición poética
En la última sala, acompañada por reproducciones del caballito de plata que Jill Magid dejó en la urna de Barragán, a cambio de tomar una porción de sus cenizas, está La propuesta, como ella titula al anillo que representa la petición poética
de la artista a Zanco.
Esa obra de arte, que durante el recorrido de prensa fue la única custodiada por un guardia de seguridad, trabaja en la intersección de los aspectos personales, legales y artísticos del legado cultural y examina la noción de propiedad en términos tanto del cuerpo de trabajo como del artista
, explica el Muac en un comunicado.