Convertirlo en objeto es un insulto
, dicen en carta enviada al curador del Muac
desafortunados comentariosde Medina
Exigen al crítico de arte que en la exposición de la estadunidense Jill Magid quede claro que no existió jamás unanimidad de la familia en torno a la exhumación de nuestro tío
Jueves 20 de abril de 2017, p. 5
Las hermanas Emma, Luz María Lorena y Eulalia Barragán Flores, sobrinas y herederas del arquitecto Luis Barragán, enviaron una carta ayer al curador en jefe del Museo Universitario Arte Contemporáneo (Muac) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Cuauhtémoc Medina, para aclarar los desafortunados comentarios
que el crítico de arte hizo a varios medios de comunicación.
En la misiva le dicen a Medina: “Quizá nosotras no somos, como usted dice, de ‘avanzada estética’, pero somos personas con valores. El hecho de que a nuestro tío lo hayan convertido en un objeto que pasean de galería en galería nos parece un insulto hacia él, sus principios y sus creencias. Si esto fuera poco, nos parece de mal gusto”.
También explican que ellas no pudieron oponerse a la exhumación de los restos de su tío, “porque nunca se nos avisó. La señora Magid nunca nos brindó la cortesía de darnos a conocer sus intenciones. Nunca recibimos una invitación a la famosa cena en el Museo de Arte Zapopan (MAZ) en la cual aparentemente se tomó la decisión. Nosotras nos enteramos de este incidente mucho tiempo después a través de los medios de comunicación. Nuestra indignación creció cuando escuchamos a la señora Magid y a las autoridades de Jalisco decir que la familia apoyó esta atrocidad de manera ‘unánime’; incluso la carta a panteones para solicitar la exhumación comienza diciendo: ‘HUGO BARRAGÁN HERMOSILLO, representante de los ÚNICOS, legítimos familiares directos a saber...’
“Esto es una mentira. Es una mentira que usted avala y difunde. Es una mentira que el propio gobierno del estado de Jalisco no se molestó en indagar. Quizá nos excluyeron porque nuestros primos no nos consideran ‘legítimas’ o porque sabían que estaríamos en contra. Al parecer usted tampoco nos considera ‘legítimas’; lo importante es que nuestro tío sí. Tan legítimas que nos incluyó como herederas en su testamento.”
Las hermanas Barragán Flores aclaran a Cuauhtémoc Medina que nadie las ha presionado “a participar en este esfuerzo. Decidimos participar y hacer público nuestro disgusto gracias a que escuchamos otras voces que compartían nuestra indignación. Apreciamos el apoyo de todas estas personas.
“Con esos comentarios tan desafortunados y sin mayor veracidad entendemos su encanto con el proyecto de Jill Magid. Ustedes fabrican ‘verdades’ para justificar sus acciones. Quisiéramos pedirle o más bien, exigirle, que en la exposición quede claro que no existió jamás unanimidad de la familia en torno a la exhumación de nuestro tío; a diferencia del Muac, de la Secretaría de Cultura de Jalisco y de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán, nosotras no seremos cómplices en esta mentira (...) a nosotras nos parece amarillismo que una ‘artista’ quiera saltar a la fama a través de profanar una tumba y que usted se aproveche de esto para llenar su museo.”