Las empresas de seguros, los fondos de pensiones y los administradores de activos están expuestos a las consecuencias del actual episodio económico mundial, que se caracteriza por un crecimiento atenuado, tasas de interés bajas, poblaciones en proceso de envejecimiento y con productividad estancada, advirtieron expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que en octubre pasado informó que casi 40 por ciento de los bonos de deuda pública de economías avanzadas ofrecen rendimientos negativos.

Gastón Gelos y Jay Surti, jefe de la División de Estabilidad Financiera Global y jefe adjunto de la División de Análisis de Estabilidad Financiera Global en el organismo internacional, respectivamente, consideraron en el análisis que un periodo largo de tasas de interés bajas podría redefinir el sector de la industria financiera, refiere el FMI en su blog, y añade que el escenario de malestar económico ya se ha materializado, puesto que desde la crisis financiera de 2008, las tasas de interés y el crecimiento económico han permanecido en niveles inferiores, aunque reconocen que en algunas economías avanzadas los rendimientos a largo plazo se han incrementado recientemente.

Los expertos, que retoman el Informe sobre la estabilidad financiera mundial del FMI, sostienen que algunas de las consecuencias ya son visibles, puesto que la curva de rendimientos, es decir, la diferencia entre las tasas de interés a corto y largo plazos, ya se ha achatado.

Explicaron que a las instituciones bancarias les resulta difícil reducir las tasas de interés a menos de cero, por lo que las tasas más bajas tienden a deprimir los márgenes, mientras que la demanda de crédito disminuye debido a que la población envejece, por lo que se debe prever un aumento de la demanda de servicios basada en comisiones y transacciones.

Pero ya en octubre de 2016, el FMI había reportado que a pesar de los riesgos financieros, como el Brexit, la inestabilidad persistía debido a la nueva era caracterizada, además del débil crecimiento y las tasas de interés bajas, por la incertidumbre en el plano político y en materia de políticas públicas, pues estos factores abren la puerta a las políticas populistas y aislacionistas. Incluso, como consecuencia de esto, preveía que la política de tasas negativas persistan hasta finales de la década y ejemplo de ello es que casi 40 por ciento de los bonos de deuda pública de las economías avanzadas ofrecen rendimientos negativos.

Ante este escenario, los expertos del FMI advierten que los bancos pequeños podrían verse obligados a recudir costos para preservar sus utilidades, aunque una opción también sería fusionarse o declararse en quiebra. En tanto, las grandes instituciones bancarias tendrán que diversificarse en el extranjero y buscar alternativas más rentables en mercados emergentes.