Quizá con menos gente de la esperada, la representación de Semana Santa en Iztapalapa entró a su punto culminante en medio un impresionante aparato de seguridad.

Eder Omar Arreola Ortega, el Cristo sustituto, pues el elegido originalmente falseó informaciones y fue destituido; Sandra Elisa Perales, la Virgen María, y el resto del séquito emprendieron una marcha por los ocho barrios de la demarcación poco después de las 14 horas con alivianadoras nubes que hicieron más tolerable el tradicional recorrido.

Antes, Dione Anguiano Flores, la jefa delegacional, habló de los pormenores del operativo implementado para la 174 representación de Iztapalapa.

Diez mil elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, mil 100 de la Policía de Investigación, una brigada del H. Cuerpo de Bomberos, cuatro Ministerios Públicos móviles y dos centros de Justicia Cívica, así como integrantes de la Cruz Roja Mexicana y prácticamente todo el personal de la delegación.

Representación que data de 1833

Esta celebración se remonta a 1833, cuando una letal epidemia de cólera azotó aquellas tierras, en las que sus habitantes sufrieron fiebres elevadas, vómitos incontrolables y muerte.

Cuentan que en septiembre de ese fatídico año, quienes la libraron realizaron una procesión con el estandarte del Señor de la Cuevita, a quien imploraron piedad. Los ruegos fructificaron y la epidemia cedió, por lo que cada año se representa la Pasión.

Las notas de la Marcha Dragona anunciaron la proximidad del cortejo en el que, además de los bíblicos personajes, iban centuriones a caballo y miles de nazarenos a pie descalzo.

Signo de los tiempos, este año los personajes llevaban adicionada su carga académica. Jesús estudia en línea ingeniería en computación; María está próxima a ser ingeniera geologa en la Universidad Nacional Autónoma de México; Pedro (Noé Olivares) está en la Facultad de Ciencias Políticas, de esa casa de estudios.

El recorrido fue bendecido por unas gotas de una lluvia que no se generalizó para infortunio de la región, dejada de la mano de Dios en lo que a agua se refiere. La gente menuda se acercó alegremente a una pipa que repartía el líquido.

Por la noche vino la Última Cena y la aprehensión de Cristo, entre otros pasajes.

Este Viernes Santo, en el Jardín Cuitláhuac, se escenificarán los hechos que culminan con la Crucifixión en las faldas del cerro de la Estrella.