Nueva traición
uevamente es sangre indígena la que se derrama. Nuevamente el Estado es el que dispara. Nuevamente es la traición gubernamental al diálogo. Y nuevamente es el pueblo el que pone el cuerpo, con una clara y firme participación de las mujeres.
Los videos tomados por los pobladores del pueblo purépecha de Arantepacua, Michoacán, no dejan lugar a dudas. Fue la policía estatal y ministerial la que disparó contra la población civil, luego de que fue detenida una comisión de 38 comuneros que salía de dialogar con funcionarios del gobierno de Silvano Aureoles Conejo.
Los comuneros relatan que después del mediodía llegaron a la comunidad 200 policías, quienes abrieron fuego indiscriminadamente durante más de dos horas, para impedirles el paso cuando se dirigían a Morelia a manifestarse frente al palacio de gobierno, con el fin de dar solución a un problema agrario y reclamar por la detención de sus compañeros.
El adolescente Luis Gustavo Hernández Cuenete es uno de los asesinados, junto a José Carlos Jiménez Crisóstomo, de 25 años, y Francisco Jiménez Alejandre, de aproximadamente 70 años. Los heridos, cuentan desde el poblado, son incontables. Muchos de ellos no fueron llevados a hospitales, pues sus familiares prefirieron resguardarlos en sus casas.
Los malos gobiernos piensan que esparciendo el terror en los territorios indígenas de Michoacán, y en gran parte de la geografía nacional, es cómo van a acallar a los pueblos y su palabra, pero eso no pasará, pues la palabra que hoy gritan en colectivo los pueblos originarios nace justamente de la indignación, el hartazgo y la decisión de no dejarse matar, despojar, dividir o comprar
, advirtieron en un comunicado el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Los policías fueron emboscados por los comuneros
, repite una, otra y otra vez el gobierno del estado, sin importar que, como siempre, los muertos son de un lado. Y los detenidos también. A los 38 comuneros arrestados, todos integrantes de la comisión de diálogo, se suman Elpidio Jiménez Alejandre, Cristóbal Pascual Morales, Octavio Enrique Castañeda, Mateo Enrique Castañeda, Flavio Soria Jiménez, Juan Morales Servín, Agustín Clemente Policarpio, Fructuoso González Alonso, Crisóstomo Fabián Leonardo y Elpidio Jiménez Madrigal, a quienes se les aprehendió después de la balacera.
La solidaridad y acompañamiento del pueblo nahua de Jalisco, de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y de estudiantes de la Normal no se hizo esperar, mientras la población en luto mantiene el control de la comunidad y continúa sin permitir el paso de la policía y de funcionarios del gobierno.