En el Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes (Inper) se da seguimiento a 14 mujeres desde su embarazo que tuvieron la infección por zika y presentan indicios de alteraciones neurológicas en sus productos. Ya nacieron siete bebés, de los cuales cinco son los que hace unas semanas reportó México a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que tienen enfermedad neurológica.

El primero que nació con microcefalia se confirmó en noviembre pasado por la Secretaría de Salud (Ssa). Ayer, el director del Inper, Arturo Cardona, comentó que este bebé falleció, mientras los otros cuatros están vivos, pero todavía no es posible determinar el tipo y grado de afectación en su salud.

En entrevista durante la 32 Reunión Anual del Inper, el especialista comentó que los casos referidos a este instituto son de mujeres en quienes además de haberse confirmado que tuvieron la infección del virus de zika, por estudios de imagen se detectó alguna alteración en los fetos.

Hasta el pasado lunes 3, la Dirección General de Epidemiología de la Ssa confirmó 4 mil 703 casos de embarazadas que contrajeron la enfermedad. A todas se les da seguimiento puntual, a fin de detectar cualquier anormalidad en los productos.

Cardona explicó que el seguimiento clínico de los recién nacidos ha llevado tiempo porque implica la realización de estudios de infectología, biológicos y genéticos, para confirmar la asociación de las malformaciones con el virus.

Otro aspecto que también vigila la Ssa son los niños que nacieron aparentemente sanos, pero por la exposición de sus madres a la enfermedad, es posible que en un futuro desarrollen algún problema de salud, como han demostrado investigaciones en otros países.

Respecto de los cuatro bebés en los que hasta ahora se ha confirmado el llamado síndrome congénito por los daños en su sistema nervioso central como consecuencia del virus de zika, Cardona comentó que están clínicamente sanos, por lo que se dará seguimiento a su desarrollo, pues aunque se trata de malformaciones conocidas, en relación con el zika todavía no existe información suficiente en el mundo sobre las complicaciones que ocasiona.

Por lo tanto, indicó, tampoco es posible saber cuál será su calidad y esperanza de vida. Lo relevante es que estos recién nacidos están identificados, porque también es probable que haya otros en los que no se reportaron daños durante la gestación porque sus madres tuvieron un cuadro leve de zika y no fueron diagnosticadas.

Los niños que están bajo vigilancia en el Inper son originarios de Chiapas, Oaxaca y Veracruz, lo mismo que las siete mujeres que aún no dan a luz. Cardona anticipó que algunas secuelas que pudieran tener los niños afectados son daños en la audición, la vista o retraso mental, entre otros.