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¿La Fiesta en Paz?

Al fin, en España un crítico denuncia

L

os defensores de la tauromafia, del sistema que asfixia a la auténtica emoción taurina –encuentro sacrificial entre dos individuos–, de los intereses de algunos por encima de la grandeza del toreo, prefieren llevar la fiesta en paz a denunciar atracos, tomaduras de pelo, tergiversación de la bravura y desperdicio inmisericorde de toreros, en esa rancia peregrinación cobera hacia el abismo. Hay excepciones.

En su artículo Con estos toros y estas figuras (Ponce, Juli, Manzanares) la fiesta es una farsa, publicado en El País el pasado 26 de marzo, el cronista Antonio Lorca señala entre otras cosas: “Va siendo hora de llamar a las cosas por su nombre antes de que la tauromaquia clásica se convierta en objeto de museo y dé paso a una modernidad deformada que parece inevitable... Ponce ya se está pasando de castaño oscuro; como le ocurre a El Juli, diestro poderoso y reconocido; y a Manzanares, elegante a la par de cómodo y ventajista, y otros pocos que están en la cumbre del toreo actual.

“Todos ellos llevan años destrozando la tauromaquia… Ellos y sus fieles colaboradores han impuesto a los ganaderos y al público el toro simplemente noble que, como bien se sabe, es simplemente tonto. Ellos están acabando con la fiesta, sin prisa, pero sin pausa... la búsqueda de la integridad es una batalla perdida; el aficionado exigente es un enemigo a batir; la seriedad, un valor retrógrado...

“Sólo el toro serio y toreros heroicos podrán salvar la fiesta. El problema es que las figuras no quieren enterarse. Y mientras persiste ese goteo de aficionados que huyen de las plazas, Ponce sigue cuidando cada tarde a toros con semblantes enfermizos, El Juli pelea en los corrales para imponer sus intereses que en nada coinciden con los de quienes todavía acuden a los tendidos, y Manzanares ensaya un paso de ballet ante un torete bonachón... Con estos toros –los de Domecq y toda su casta– y estas figuras... la fiesta de los toros es una farsa...” Aléguenle, positivos oportunistas.