Ginebra.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, pidió ayer al Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela reconsiderar su decisión de asumir los poderes del Parlamento. Aseguró que la separación de poderes es fundamental para que funcione la democracia.

El TSJ retiró el miércoles las competencias de la Asamblea Nacional y la inmunidad parlamentaria a sus miembros, al argumentar que la institución se encontraba en desacato.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos alegó que las decisiones del TSJ de Venezuela constituyen una usurpación de las funciones del Poder Legislativo. Al sumarse a la ola de críticas, añadió que también representan “una anulación de facto del voto popular mediante el cual fueron elegidos los diputados de la Asamblea Nacional”.

La mayoría de los países de la alianza sudamericana Unasur condenó la situación institucional de Venezuela y consideró que el Tribunal Supremo atentó contra principios de la democracia al asumir funciones legislativas.

La crítica lleva la firma de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay, pero no de Bolivia y Ecuador, también miembros de la Unasur, pero de mayor afinidad ideológica con el gobierno venezolano.

Precisamente, el gobierno de Bolivia expresó su incondicional apoyo a Venezuela y denunció una injerencia internacional que pretende desestabilizar al presidente Nicolás Maduro.

La presidenta Michelle Bachelet escribió en Twitter: En América Latina debemos defender la convivencia democrática en nuestras sociedades.

Perú retiró a su embajador, como hizo jueves el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien calificó de inaceptable la decisión de la justicia venezolana.

Las fuerzas externas no deben atizar el fuego del conflicto de posiciones políticas en Venezuela por medio de sus declaraciones, aseveró la portavoz de la cancillería de Rusia, María Zajarova.