Es el primer análisis de sangre rápido; ayudará a evitar la expansión de la enfermedad
El análisis da resultado en unas horas, lo que permitirá el control efectivo del mal, explican expertos de EU
Los exámenes de la flema expectorada o biopsias invasivas, tardan semanas
Miércoles 29 de marzo de 2017, p. 2
Madrid.
La tuberculosis tiene una historia larga y letal, con estimaciones que indican que puede haber matado a más personas que cualquier otro patógeno bacteriano.
Los estudios han descubierto evidencia de su impacto humano, que se remonta a 8000 aC y los cálculos sugieren que ha matado a mil millones de personas en los pasados dos siglos.
Ahora, científicos de Arizona, Texas y Washington DC, Estados Unidos, se unieron para desarrollar el primer análisis rápido de sangre para diagnosticar y cuantificar la gravedad de los casos de tuberculosis activa. Liderados por Tony Hu, del Instituto de Biodiseño de la Universidad Estatal de Arizona, ocho grupos de investigación, entre cuyos miembros están científicos del Houston Methodist Research Institute’ y de los Institutos Nacionales de Salud, aprovechan el nuevo campo de la nanomedicina para mejorar el control mundial de la enfermedad.
“En las pruebas de tuberculosis actuales de primera línea, las únicas formas de diagnosticarla son en el esputo expectorado, las pruebas de cultivo de sangre, las biopsias invasivas de pulmón y linfa, o los grifos espinales –dice Hu, científico del Centro para Diagnósticos Personalizados Virginia G. Piper, del Instituto de Biodiseño–. Los resultados pueden dar falsos negativos y estas pruebas son más limitadas, porque puede llevar días o semanas para obtener los resultados”.
A pesar de los 6 mil 600 millones de dólares destinados a los esfuerzos internacionales de prevención y atención de la tuberculosis, este mal sigue siendo un riesgo importante para la salud, en particular para el mundo en desarrollo y las personas con infecciones por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Las bacterias de la tuberculosis pueden estar latentes en el tejido pulmonar de una persona, a menudo durante décadas y propagarse a otras personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hasta un tercio de la población mundial puede tener ese problema.
Se estima que alrededor de 10 millones de personas en el mundo todavía desarrollan la tuberculosis cada año, con casi 2 millones de muertes, según el informe de la OMS más reciente. El tratamiento ha evitado casi 50 millones de decesos entre 2000 y 2015, pero el mal sigue siendo una epidemia mundial debido a la falta de una vacuna eficaz, al aumento de las cepas resistentes a los fármacos y a los resultados relativamente bajos de los diagnósticos disponibles.
La OMS y funcionarios de salud pública reconocen que la falta de una manera nueva y sencilla de detectar rápidamente a las personas susceptibles a las infecciones es el principal obstáculo para superar la enfermedad.
La nueva prueba supera al resto de las que hay en el mercado. Tarda sólo unas horas en completarse, según sus autores.
A su juicio, el menor tiempo necesario para obtener los resultados es importante, ya que el control efectivo requiere que los pacientes empiecen el tratamiento tan pronto como sea posible para reducir el riesgo de contagio.