Naufragio
na inesperada confluencia de moderados y ultraconservadores en el Partido Republicano, además de un desastroso proyecto de cambio al sistema de salud que favorece el modelo de libre mercado, hundió la pretensión de Donald Trump y Paul Ryan –líder de la Cámara de Representantes– de derogar y remplazar la reforma del ex presidente Barack Obama. A Trump le ha sido muy costoso entender que gobernar el país es totalmente diferente a administrar sus empresas. Su arrogancia, ignorancia y malos modos le han acarreado derrotas. Primero fue la renuncia forzada de su asesor de seguridad, después su fallido intento para restringir la entrada a Estados Unidos a quienes profesan el islam; siguió la investigación sobre sus relaciones con el Kremlin, y ahora el naufragio de la reforma comentada.
Trump afirmó que acabaría con la medida de Obama sin importar los medios. Por ello cedió a los draconianos y crueles recortes de asistencia a los más necesitados, de la fracción conocida como Freedom Caucus, derivación del Tea Party de su propio partido. Por ejemplo, cancelar buena parte del subsidio al programa Medicare, que atiende a la población de menores recursos, para traspasarlo a la de mayores ingresos. Ultraconservadores republicanos exigieron aún más, a sabiendas de que Trump y Ryan concederían cualquier cosa por extrema que pareciera, con tal de borrar la reforma de Obama.
Un problema diferente plantearon los legisladores moderados que se oponían a respaldar los cambios por considerar que se excedían en castigar a los más necesitados. No por espíritu justiciero, sino porque temían que los 20 millones que accedieron a los servicios sanitarios mediante la reforma de Obama votarían contra ellos en las elecciones de 2018. Fueron clave las millones de cartas y llamadas telefónicas que, junto con las protestas organizadas por decenas de organizaciones, exigieron a Trump y a los legisladores mejorar la medida de Obama, no derogarla. De este modo, tal vez el único acierto político de la dupla Trump-Ryan fue retirar su proyecto e impedir que se votara en el pleno de la Cámara. Así protegieron a los más de 200 legisladores republicanos que la respaldaban, pero estarían en peligro de perder su relección en 2018.
La secuencia de los hechos que concluyeron en la mayor derrota que hasta ahora haya sufrido Trump es resultado de su soberbia y desprecio de las reglas que rigen la política en Washington. Sin embargo, conociéndolo, hay quienes auguran que su venganza está a la vuelta de la esquina.