Cajeme, Son.

El sacerdote Alejandro Solalinde Guerra marchó ayer junto con miembros de la tribu yaqui para exigir un alto a la violencia que generan los grupos del crimen organizado y que han hecho de este municipio, localizado en el sur de Sonora, uno de los cinco más violentos de México.

En su recorrido por calles céntricas de la ciudad, portando mantas y pancartas, los manifestantes corearon consignas para exigir la eliminación de la violencia: ¡Gobierno incapaz, el pueblo quiere paz! y ¡Ni una muerte más, Cajeme quiere paz!

A la manifestación se unieron maestros, sindicatos y grupos de estudiantes para rechazar el despojo de agua a los yaquis, con el Acueducto Independencia, edificado en la administración del ahora ex gobernador panista Guillermo Padrés Elías, el cual abastece actualmente de agua a los habitantes de la ciudad de Hermosillo.

Las etnias son guardianes de la naturaleza y viven una vida integral en espacios ecológicos; yo vine para reafirmar la convicción de las personas que luchan por mejorar a México y a refrendar el esfuerzo de nuestros hermanos yaquis, que tienen derecho al agua, expresó Solalinde Guerra.

Dijo que la guerra por el agua comenzó desde el inicio del siglo XXI, por lo que es necesario aclarar a cada habitante sus derechos de uso del vital líquido.

El defensor de los derechos de los migrantes marchó junto a un numeroso contingente del teatro Óscar Russo, en el Instituto Tecnológico de Sonora, ubicado en Ciudad Obregón, cabecera municipal, a la plaza Álvaro Obregón, donde realizaron un mitin para exigir también la activación de la alerta de género en esa región.

Mujeres, las más vulnerables

En esta zona más de 53 por ciento de las mujeres indígenas de las comunidades yaqui y mayo sufren violencia verbal, sicológica, emocional, institucional, patrimonial, sexual y física, que ha ocasionado incluso la muerte de varias.

De acuerdo con cifras del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio en Sonora, los asesinatos de mujeres son cometidos mayormente en los municipios de Cajeme, Navojoa, Etchojoa y en comunidades de sus alrededores. De 45 registrados en 2016, 33 por ciento se perpetraron en esta región, en el sur del estado.

Después del mitin, el sacerdote colocó una ofrenda floral en el memorial dedicado a las víctimas del incendio en la Guardería ABC de Hermosillo.