Senadores y diputados se enfrascan en confrontación verbal
Viernes 24 de marzo de 2017, p. 12
Durante cerca de cuatro horas, senadores de todas las fuerzas políticas discutieron en torno a la pertinencia de aprobar la ley de seguridad interior en un debate que llevó a la confrontación verbal cuando priístas, panistas y verdes se lanzaron contra el dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, a quien acusaron de injuriar al Ejército.
El senador panista Roberto Gil Zuarth, impulsor de una de las iniciativas para legalizar la actuación de las fuerzas armadas en el combate al crimen organizado, cabildeó desde un día antes que el tema se debatiera ante el pleno de esa cámara por medio de un punto de acuerdo en el que se proponía pedir a la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) su opinión sobre el tema.
Ello pasó a segundo término y ni siquiera se votó, porque luego del largo debate –en que participaron 28 senadores–, parte de los legisladores abandonaron el salón de plenos y la sesión se levantó por falta de quórum.
Desde el inicio fue evidente que la bancada del PAN, más que pugnar por la aprobación de la ley de seguridad interior, iba contra López Obrador. El presidente de la Comisión de Defensa, el panista Fernando Torres Graciano, sostuvo que las ‘‘críticas’’ de López Obrador en torno a las fuerzas armadas eran ‘‘irresponsables, falsas y tontas’’.
El coordinador del PT, Manuel Bartlett, le pidió precisar a qué se refería, ya que López Obrador sólo pidió que se pregunte al Ejército, no a él, por los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos. Su compañera de bancada, Layda Sansores, recordó que ha sido la propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y organismos internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización de Naciones Unidas (ONU) las que han denunciado las violaciones a derechos humanos cometidas por los militares.
Gil Zuarth arremetió también contra López obrador y lo acusó de haber hecho campaña con el ex alcalde de Iguala José Luis Abarca, vinculado con la desaparición de los normalistas, y sostuvo que su gestión al frente del Gobierno del –entonces– Distrito Federal ‘‘fue un desastre en materia de seguridad’’.
Mario Delgado le respondió que ‘‘se necesita ser cínicos’’ para aseverar algo así, cuando el gobierno de Felipe Calderón –‘‘del que Gil Zuarth fue secretario particular– dejó miles de muertos, desaparecidos y desplazados.
Los priístas fueron más mesurados. Enrique Burgos pidió no cuestionar el valor de las instituciones, como el Ejército, ‘‘por cuestiones partidistas o electorales’’. El senador Fidel Demédicis, que aún forma parte de la fracción del PRD, pidió a quienes criticaron a López Obrador que estén tranquilos. ‘‘Todavía no metemos el acelerador a fondo y ya les llevamos 10 puntos de ventaja. Hoy ni todos juntos le van a ganar al compañero Andrés Manuel’’. La senadora Luisa María Calderón (PAN) salió en defensa de su hermano, el ex presidente Felipe Calderón.
Mientras tanto, en la Cámara de Diputados, el PRI insistió en impulsar prioritariamente la ley de seguridad interior. El coordinador de la bancada, César Camacho, dijo que esa iniciativa la ‘‘requiere el Estado mexicano, no sólo las fuerzas armadas, para conocer los límites a los que se debe atener’’, y para que los ciudadanos puedan exigir a las autoridades que nadie se exceda en el ejercicio de sus atribuciones.