El 150 aniversario del natalicio del artista detona intenso programa conmemorativo
El concierto oficial de cumpleaños
será mañana, dirigido por Riccardo Chailly, en el Teatro de La Scala de Milán, con la presencia del presidente Sergio Mattarella, anuncian los organizadores
Inauguran la exposición La vida y el mito de un maestro inmortal, en el mismo histórico recinto
Viernes 24 de marzo de 2017, p. 3
Milán.
El 25 de marzo de hace 150 años nació, en una modesta casa de Parma, en el norte de Italia, Arturo Toscanini (1867-1957), quien se convertiría –según los expertos– en el mayor director de orquesta del siglo XX.
Fue reconocido por su perfeccionismo musical, por su absoluto apego a la partitura original, por el oído agudo, por la memoria fotográfica (conocía de memoria más de 600 ejecuciones), por haber dado autoridad a la figura del director interviniendo en las decisiones del espectáculo (programa, vestuario, escenografía, etcétera.), elevando el nivel de las orquestas sinfónicas de entonces en Europa y Estados Unidos, dirigiendo las orquestas más prestigiosas de su tiempo, además de haber presentado diversos estrenos mundiales, cuatro de los cuales fueron de Giacomo Puccini.
Amado por los expertos, del trabajo del director artístico italiano, Richard Strauss dijo: Cuando se ve dirigir a Toscanini hay una sola cosa que debe hacerse: romper la propia batuta, tirarla y tratar de no volver a dirigir
; pero también fue muy apreciado por el público, a pesar de su consabido carácter colérico, sobre todo durante los interminables ensayos. Su fama se benefició del empuje de la industria radiofónica, discográfica y más tarde televisiva, acercando la música clásica al gran público gracias a su carisma, penetrando en la cultura de masas con puntas de popularidad propias de una estrella de rock, donde la gente podía hacer colas interminables desde la mañana en espera de la apertura de la taquilla, como en el histórico concierto de despedida del 29 de abril de 1936 en el Carnegie Hall, o la reapertura del Teatro de La Scala de Milán, el 11 de mayo de 1946, cuando el hacinamiento no se limitaba al cupo del teatro, sino que desbordaba en la calle, instalándose bocinas en la plaza de la catedral para que las personas pudieran escucharlo: era el primer día de la rapertura de La Scala –donde había sido su director en el pasado–, después de haber sido remozado y abierto por primera vez después de la Segunda Guerra Mundial.
Más de un año de actividades
La memoria no es lo que recordamos, sino lo que nos recuerda
, diría Octavio Paz, y los festejos que se llevarán a cabo por más de un año en Italia, organizados por un comité especial http://toscanini150.it/it/, con conciertos, exposiciones, conferencias, presentaciones del libros, reavivarán la flama del maestro, homenajeándolo con lo más fino de la música clásica, entre lo cual destacar el concierto oficial de cumpleaños
este sábado, dirigido por Riccardo Chailly, en el Teatro de La Scala de Milán, con la presencia del presidente Sergio Mattarella, y precios asequibles de nueve a 121 euros.
El programa incluye la Sinfonia número 7 de Beethoven, el Stabat Mater y el Te Deum de las cuatro piezas sacras de Verdi y El himno de las naciones, también de Verdi, que evoca el mencionado concierto de 1946.
Riccardo Muti, heredero directo de Toscanini (su maestro Antonino Votto, también director de La Scala, fue discípulo cercano de Toscanini), participó en los festejos en una charla con Harvey Sachs, el pasado febrero, apelando al regreso al rigor interpretativo del gran maestro, a la no modificación de la partitura y al respeto de la intención del compositor, evitando las cada vez más frecuentes interpretaciones personalistas, sobre todo –según Muti– en la ópera fuera de Italia. Es un insulto a nuestro país. Verdi es un autor sagrado, cada nota está pensada. Como tal debe respetarse
(ANSA, 5/2/17).
El antidivismo de Toscanini, su resistencia al gobierno fascista y al autoritarismo asume hoy una luz particularmente edificante, enfrentándose a decisiones de gran valentía como haber dejado Italia después de la famosa bofetada propinada al salir del teatro en Bolonia en 1931, por los camisas negras tirándolo al piso, por negarse a tocar el himno fascista.
Pero Toscanini decidió renunciar también a la dirección de los festivales más prestigiosos del mundo, como el de Bayreuth, a pesar de la relación cercana con la familia Wagner, o el de Salzburgo, cuando Hitler anexionó Austria a Alemania, por no mencionar que dirigió la recién nacida orquesta sinfónica de Palestina, formada exclusivamente por judíos huidos de Alemania en 1936, dos conciertos realizados en Tel Aviv y transmitidos a todo el mundo, lo cual tuvo impacto enorme con la apreciación de muchos judíos que se lo agradecieron incluido Albert Einstein.
Actos conmemorativos en EU
La recién inaugurada exposición Toscanini: la vida y el mito de un maestro inmortal, en el museo del Teatro de La Scala, que concluirá el 4 de junio –con curaduría de Harvey Sachs y Franco Pulcini–, permite a través de imágenes, partituras, carteles, música y filmes, revivir y recorrer la vida y la carrera del artista. El libro con título homónimo, escrito por Marco Capra (el mayor experto italiano en Toscanini), que desde el 16 de marzo está en librerías, reúne por primera vez en un solo tomo, imágenes de la vida y obra del maestro.
Las cartas de Arturo Toscanini, de Harvey Sachs, descubre el lado íntimo, humano y erótico del maestro hasta 2002, cuando fueron publicadas por primera vez, cambiando la visión fría y dura que se tenía de él, volumen que ahora ha sido reditado en italiano. En junio próximo saldrá en Estados Unidos la célebre biografía de Sachs, publicada por primera vez en 1978.
La conmemoración se extenderá a Estados Unidos, la próxima semana, con la presentación del libro de Capra, así como actos en la Biblioteca del Congreso y en la Union Station de Washington (27 y 28 marzo) y la librería Rizzoli, de Nueva York (29 marzo).