El Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) limitará las autorizaciones de factibilidad del líquido a nuevos desarrollos inmobiliarios, comerciales o de oficinas, a fin de evitar afectaciones en el servicio a los vecinos de la zona donde se construirán, informó el director del organismo, Ramón Aguirre Díaz.

No se trata de detener el crecimiento de la ciudad, sino de verificar técnicamente que el agua que se ofrecerá no está comprometida y afecte a los usuarios, por lo que los megadesarrollos en Azcapotzalco no tienen posibilidades, pues el hecho de contar con un terrenote no quiere decir que cuente con agua, afirmó.

Situaciones similares, señaló, se presentan en la parte alta de Tlalpan, en el Ajusco Medio; en la parte alta de Coyoacán y en diversas zonas de Iztapalapa, donde el servicio es tan malo que no son viables esos desarrollos.

El funcionario reconoció en entrevista que se trata de un tema muy delicado, al existir una demanda de construcción de vivienda, zonas comerciales y oficinas, por lo que no podemos decir que no se haga, pues no es razonable, pero sí vamos a limitar muchísimo las autorizaciones de factibilidad.

Dichas limitaciones se aplicarán donde no esté claro que el impacto de un desarrollo no afectará a la zona, pues el secreto es garantizar que el agua otorgada a un nuevo desarrollo no esté comprometida ya, mediante la identificación del sistema de abastecimiento, explicó.

Comentó que si no existe un excelente servicio en la zona, no se autorizará la factibilidad, porque vamos a afectar a la gente y luego vienen las quejas, como en la zona de fábricas de Azcapotzalco, donde ya no se pueden hacer más desarrollos, y en eso coincidimos con el gobierno delegacional.

El organismo, aclaró, sí dará autorizaciones donde no haya compromiso de agua y exista cierta disponibilidad de ésta, por lo que la instrucción que tiene el área respectiva es confirmar técnicamente esta situación y de qué caudal proviene.

Tan sólo el año pasado se autorizaron 35 mil viviendas; no todas se construyeron, pero representan una presión en materia de suministro de agua, donde se ha avanzado en resolver los problemas de cantidad y calidad, pero, reconoció, aún nos falta mucho por hacer.

Habitantes de la calle Cerrito, de la colonia Santiago Ahuizotla, en Azcapozalco, llenan sus baldes con agua que les suministra una pipa de esa delegaciónFoto Francisco Olvera

Para ello, dijo, se requiere el apoyo de la Asamblea Legislativa y las autoridades federales en autorizar un mayor monto de recursos para impulsar un plan a largo plazo que permita mejorar y ampliar la cobertura, eliminar fugas, captar agua pluvial y reusar agua al máximo posible, entre otras acciones.

Recordó que este año, la autoridad federal recortó a la ciudad 700 millones de pesos, que aún cuando es 0.2 por ciento de su presupuesto, afecta un asunto prioritario: el agua, y pone en juego la sustentabilidad de la ciudad.

En tanto, el movimiento Agua para Todos en la Ciudad de México, formado por especialistas de distintas instituciones, organizaciones y pueblos originarios, inició la creación de la contraloría ciudadana y la elaboración de una iniciativa de ley de aguas local, que entre otros aspectos buscará democratizar el Sacmex y sustituir la obligación de obtener un dictamen de factibilidad hidráulica por el de impacto sociohídrico para los nuevos desarrollos inmobiliarios.

En un comunicado, la organización destacó que la contraloría ciudadana serviría de contrapeso para corregir las dinámicas actuales en el manejo del agua, tras criticar, por ejemplo, que el Sacmex otorgue dictámenes de factibilidad de servicios hidráulicos a enormes conjuntos habitacionales en zonas donde no hay agua.

Indicó que se ha negado de forma sistemática el acceso a estos dictámenes de factibilidad, por lo que es imposible conocer si se han otorgado con estudios suficientes que garanticen el agua para las generaciones presentes y futuras.

También cuestionó que se mantenga la perforación de nuevos pozos en zonas del sur de la ciudad, con lo que se agudiza la extracción de agua, lo que ha provocado hundimientos y grietas que han destruido casas e inmuebles.

Aunado a ello, agregó, la falta de transparencia por el gobierno capitalino ha causado que hasta el momento se desconozcan los detalles de los acuerdos del gobierno con el Banco Mundial y la empresa trasnacional Veolia.