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Antes que la predisposición genética, el estilo de vida es detonante de males cardiacos

Indígenas en la selva amazónica, con corazones más sanos del mundo

Los tsimane, pueblo de cazadores-recolectores en Bolivia, tienen entre cuatro y siete horas diarias de actividad física

Estima estudio antigüedad del río Amazonas en 9 millones de años

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La dieta de los tsimane es baja en grasas y azúcares, no beben ni fuman con frecuencia. A medida que reciben alimentos procesados y canoas con motor, sus niveles de colesterol han aumentadoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de marzo de 2017, p. 2

Londres.

En lo profundo de la selva amazónica boliviana vive un pueblo indígena que se dedica a la caza y la agricultura, y sus corazones son de los más sanos en el planeta. Los tsimane, una sociedad de cazadores-recolectores, tienen el menor nivel de obstrucción de arterias de cualquier otra población estudiada, según investigaciones recientes.

Los científicos dicen que esto destaca la importancia de reducir los factores de riesgo para la insuficiencia cardiaca. Los tsimane pasan entre cuatro y siete horas diarias en actividad física y su dieta es baja en grasas y azúcares. No beben ni fuman con frecuencia.

El tsimane de edad mediana tiene arterias que corresponden a un occidental 28 años menor, declaró el doctor Randall Thompson, cardiólogo del St. Luke’s Health System, de Kansas City, Misuri, uno de los jefes del estudio.

El trabajo apareció el viernes en la edición digital de The Lancet y fue presentado en una reunión del Colegio Estadunidense de Cardiología.

Thompson y sus colegas trabajaron con antropólogos que estudian a los tsimane desde hace años. Es un grupo de unas 16 mil personas que habitan las márgenes de un afluente del Amazonas.

Los 705 participantes del estudio pasaron un día remando sus canoas y luego viajaron durante seis horas en jeep a la ciudad más próxima, donde los médicos escanearon sus corazones y midieron su estatura, ritmo cardiaco, presión arterial, colesterol y azúcar en sangre. A cambio de esto recibieron hilo, lana y otros regalos.

Los resultados fueron comparados con los de una muestra de 6 mil 800 estadunidenses. La conclusión fue que estos tienen cinco veces más probabilidades de sufrir insuficiencia cardiaca. Unos nueve de cada 10 tsimanes no están en riesgo de padecerla.

Según Thompson, el estilo de vida juega un papel más importante que la genética para evitar los males cardiacos.

Advirtió que a medida que los tsimane reciben alimentos procesados y canoas con motor, sus niveles de colesterol han aumentado. Otros expertos dijeron que se podrían adoptar hábitos de vida sana.

No es posible volver a ser cazadores-recolectores, pero si la gente puede dejar de fumar y dedicar media hora de cada día a ejercicios que las dejan sin aliento, será de gran ayuda, señaló el cardiólogo Joep Perk, quien no participó del estudio.

Existe tendencia a culpar a los genes por los problemas cardiacos, y lo que revela este estudio es que uno no puede culpar a sus padres, sino a su propio estilo de vida, agregó.

Nuevos datos sobre el río

Por otra parte, investigadores de las universidades de Amsterdam y Brasilia han determinado la edad de formación del río Amazonas entre 9.4 y 9 millones de años, lo que refuta estimaciones de menor antigüedad. Sus resultados se publican como visión anticipada en la revista Global and Planetary Change.

El estudio incluyó análisis geoquímicos y palinológicos de sedimentos procedentes de un pozo de exploración de hidrocarburos, situado en la costa de Brasil, que alcanzó más de 4.5 kilómetros bajo el nivel del mar.

Los resultados muestran una modificación notable en la composición del sedimento y la materia residual de plantas durante el Mioceno tardío (9.4 a 9 millones de años). Esto representa un cambio en el área de la fuente del río de las tierras bajas tropicales a los altos Andes, que es diagnóstico del inicio del río Amazonas transcontinental.

Los nuevos datos contradicen las estimaciones más recientes (2.6 millones de años) y las de un estudio anterior de este pozo en aproximadamente 1 a 1.5 millones de años.

Aplicamos técnicas analíticas de alta resolución que no se habían realizado previamente en la región, explica el profesor Farid Chemale, autor senior de la Universidad de Brasilia.

El estudio también da una idea novedosa de los cambios generales en la composición de las plantas en la cuenca de drenaje del Amazonas. Sobre todo, el aumento en los restos de hierba sugiere que el levantamiento de las montañas y los cambios climáticos del Cuaternario afectaron el paisaje y probablemente abrieron nuevos hábitat para la colonización de la hierba.

Los cambios detectados en el registro de sedimentos llevan a la tentadora pregunta de si la región amazónica podría haber cambiado dramáticamente durante el enfriamiento global Plio-Pleistoceno, dice Carina Hoorn, autora principal e investigadora del Instituto para la Biodiversidad y Dinámica de Ecosistemas de Universidad de Amsterdam.

Nuestros nuevos datos confirman una edad para el río Amazonas y también apuntan a una expansión de pastizales durante el Pleistoceno que no se conocía.