Martes 21 de marzo de 2017, p. a34
En un dramático juego, con un elevado de sacrificio, Eddie Rosario llevó al invicto Puerto Rico a la final del Clásico Mundial de Beisbol por segunda vez al hilo, al derrotar en 11 episodios a Holanda (4-3) en la primera semifinal en el Dodger Stadium de Los Ángeles, California. Rosario empujó a Carlos Correa desde tercera base en lo que fue un intensísimo partido. Ante 24 mil 865 fanáticos, los holandeses atacaron en la primera entrada al abridor puertorriqueño Jorge López, quien si no sufrió un mayor daño fue gracias a la genialidad de su cátcher, Yadier Molina. El desenlace llegó con la polémica regla de colocar corredores en primera y segunda iniciando el undécimo episodio. Molina se sacrificó, a Baez se le dio pase por bola intencionalmente y Rosario definió el choque con elevado al central, bueno para que Correa anotara en pisa y corre. Ahora Puerto Rico esperará al ganador de la otra semifinal, entre Estados Unidos y Japón, para disputar el miércoles el partido decisivo por la corona.