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Ver día anteriorLunes 20 de marzo de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Nuevo modelo educativo y necesaria reforma de Conacyt
A

caba de presentarse el nuevo modelo formativo para la educación obligatoria, conclusión del proceso de reforma educativa, uno de los programas más importantes de este sexenio. Los funcionarios han recurrido a los medios para explicar su enorme importancia. Y mientras los panegiristas del gobierno lo califican de la noticia más trascendente y profunda, lo que le cambiará la cara al país en pocos años, otros dudan de su utilidad y eficacia. Por ejemplo, si habrá el presupuesto y la infraestructura indispensables para contar con maestros bien capacitados y remunerados; escuelas con todos los servicios, y oportunidad para que el nuevo modelo beneficie a los estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato más pobres, que son la mayoría.

Precisamente sobre las oportunidades que tienen muchos estudiantes de realizar su proceso de formación, uno de ellos, Héctor Homero Canales Farías, nos cuenta su experiencia para obtener una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) a fin de cursar una maestría en el exterior. Actualmente en la licenciatura de matemáticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, varias universidades en el extranjero lo aceptaron para cursar dicha maestría. Aunque el área en que él desea especializarse la considera prioritaria el Conacyt, dicha institución le informó que únicamente apoyará con becas a los estudiantes de doctorado. Y le sugirió esperar la convocatoria del Conacyt y la Fundación Mexicana para la Educación, la Tecnología y la Ciencia (Funed) para ver si las ciencias básicas y los estudiantes de maestría están contemplados en dicha convocatoria. El Funed proporciona créditos que deben rembolsar quienes realizan sus estudios en el extranjero.

En la convocatoria para Ciudad de México, Héctor Homero encontró que no están incluidas las ciencias naturales. Y al revisar las de 21 entidades federativas publicadas hasta ahora, halló que las de Aguascalientes, Nuevo León y Chiapas son las únicas que se ocupan de las ciencias básicas.

A su juicio, lo anterior podría indicar, entre otras cosas, que por los recortes presupuestales que sufre el Conacyt, éste decidió cerrar las puertas a los estudiantes de maestría en el exterior. Mas, al revisar en la página web las estadísticas y base de datos más actualizadas de dicha institución (los de 2014), descubrió que de las 2 mil 515 becas asignadas, 628 favorecieron a estudiantes de doctorado, mil 799 para maestría y 88 para especialidad. De todas las becas concedidas, 200 fueron para el área de físico-matemáticas y ciencias de la tierra; 132 para biología y química; 257 para medicina y ciencias de la salud; 307 para humanidades y ciencias de la conducta; 737 para ciencias sociales; 178 para biotecnología y ciencias agropecuarias, y 704 para ingeniería.

Como se observa, las ciencias básicas es el área de menor interés para Conacyt, cuando Héctor Homero y reconocidos especialistas, estiman que son prioritarias. Y mucho más en momentos de crisis y para cumplir el objetivo por el que fue creado: fomentar el desarrollo científico y tecnológico. Ello revela la poca visión que tienen sobre el futuro de México y cómo la burocracia tomó el control de una institución tan importante para el desarrollo del país. Además, en el nuevo modelo educativo tan cacareado estos días, se insiste en que, además de aprender a pensar, los alumnos tendrán amplio dominio del español y el inglés, y disfrutarán las matemáticas.

Como bien se sabe, una nación que no invierte bien y suficiente en ciencia y tecnología no alcanza su desarrollo e independencia. Así lo hacen China, India, Japón, Estados Unidos y la Unión Europea, por ejemplo. En México vamos a la cola en ciencia y enseñanza de las matemáticas. De 72 países examinados en estos dos campos, ocupamos la última posición en ciencia y la penúltima en matemáticas, debajo de Argelia.

Suerte con el nuevo modelo educativo. Y hora de reformar a fondo el Conacyt, hoy asediado por miles de estudiantes a los que, por falta de recursos, les niega becas de posgrado. Recursos que, en cambio, el gobierno destina a fines electorales, como hoy en el estado de México.