Un piloto de aviación de México gana la quinta parte que uno de China; la disparidad salarial con otros países es abismal y las prestaciones y condiciones laborales también son menores, señalaron representantes de la Asociación Sindical de Pilotos de Aviación (ASPA).

Es insostenible que se pretenda imponerles la condición de que realicen 100 horas de vuelo al mes, como propone una iniciativa presentada en el Senado. En México la ley consigna un máximo de 90 horas de vuelo, y antes de proponer incrementar sus ritmos de trabajo se tendría que realizar un estudio formal de salud de los pilotos, para medir, por ejemplo, ritmos de fatiga, problemas por sueño interrumpido, cambio de huso horario y de presión, entre otros, precisaron.

Los secretarios del trabajo de ASPA, José Manuel Fernández; de actas y acuerdos, Héctor Aguilera, y de prensa, Francisco Corona, ofrecieron una conferencia de prensa conjunta para exponer que elevar el número de horas de vuelo para estos trabajadores sería atentar contra su salud, además de que es abusivo e injusto por las jornadas que ya tienen, y por las condiciones de los aeropuertos del país.

Denunciaron que hay empresas que ya están aplicando esta medida por su cuenta, y la Dirección General de Aeronáutica Civil lo permite. “También en el sector aéreo hay charrismo sindical que no defiende a los trabajadores, sino que pacta con las empresas”.

Por ejemplo, Volaris despidió a más de 30 pilotos por pedir mejoras laborales, y en muchas otras aerolíneas no afiliadas a ASPA las condiciones y salarios son aún más bajos, comentaron en la conferencia a la que también asistieron el secretario de previsión social, Humberto Guel, y el presidente de la delegación de los pilotos de Mexicana de Aviación, Rafael Gutiérrez.

Por otra parte, refirieron que la iniciativa mencionada también plantea sancionar las demoras de vuelo; comentaron que la mayor parte de las veces que esto ocurre es por la falta de infraestructura aeroportuaria en el país o por las condiciones de la misma.

Por ello, dijeron, de sancionar las demoras se cargaría a las empresas un costo adicional, cuando éstas son las que tienen los problemas por la situación de los aeropuertos. En este sentido, puntualizaron, las aerolíneas tienen una ganancia final de ocho dólares por boleto vendido, y los que se están enriqueciendo son los grupos aeroportuarios que manejan todas las terminales del país y que son los que cobran altos los servicios que prestan e invierten muy poco en modernizarlos.