Siguen en La Ruana las autodefensas de Hipólito Mora
Miércoles 15 de marzo de 2017, p. 5
En Michoacán ya sólo existe un grupo de auténticos autodefensas en la zona de La Ruana, dirigido por Hipólito Mora; sin embargo, aún hay células de Los caballeros templarios y de organizaciones como los H3 y Los Viagras, que surgieron tras la detención de Servando Gómez Martínez, La Tuta, mismos que se han reagrupado hacia la zona de Arcelia, Guerrero, y en el municipio mexiquense de Luvianos, señalan reportes de inteligencia del gobierno federal.
Mandos de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) indicaron que en la zona denominada Tierra Caliente subsisten enfrentamientos entre grupos criminales integrados por familiares de viejos capos de Los caballeros templarios y La familia michoacana, como Nazario Moreno González, El Chayo; Enrique Plancarte Solís, y Servando Gómez Martínez, La Tuta. Sin embargo, las alianzas con otras organizaciones, como el cártel Jalisco Nueva Generación, no han funcionado, señalan documentos consultados, en los cuales se menciona que la estrategia federal, en combinación con el seguimiento a las denuncias de grupos ciudadanos, ha permitido identificar y desarticular algunas células delictivas que operaban en las zonas de La Ruana, Apatzingán y Tepalcatepec.
El grupo de Hipólito Mora se ubica principalmente en La Ruana, comunidad en la Tierra Caliente michoacana, muy cerca del estado de Jalisco y una de las zonas que fue centro de operación de los cárteles La familia michoacana y luego Los caballeros templarios.
En 2013 surgieron los grupos de autodefensas debido a que los pobladores de varios municipios michoacanos estaban cansados de ser secuestrados, extorsionados y que sus familiares fueran asesinados por los grupos criminales. El mencionado Mora y Estanislao Beltrán, Papá Pitufo, fueron de los primeros en organizar un grupo ciudadano que enfrentaría a los narcotraficantes de la zona, y luego el movimiento se extendió a otros municipios de la entidad.
En ese contexto, y a cuatro años de que surgió el movimiento civil, los cárteles de La familia michoacana y Los caballeros templarios ‘‘fueron desarticulados’’, aunque surgieron bandas pequeñas y violentas. Una de ellas es conocida como el G-250, dirigida por Luis Antonio Torres, El Americano; otra es identificada como Los Viagras, encabezada por los hermanos Sierra Santana.
Los integrantes de las células delictivas huyeron ante el embate de las autoridades y los grupos de autodefensa (de los cuales algunos de sus integrantes se incorporaron a las llamadas Fuerzas Rurales de Michoacán, corporación que se extinguió en 2016).
Los documentos refieren que estas células que aún controlan algunos centros de producción de drogas sintéticas y ahora disputan territorios con el cártel jalisciense, se han concentrado en Arcelia, Guerrero, y en Luvianos, estado de México, donde se produce goma de opio y mariguana, ya que incluso tienen movilidad hacia zonas como Iguala, Teloloapan y Altamirano, municipios guerrerenses en los que se ha registrado un incremento de la violencia generada por el control de territorios.
Por otra parte, los líderes de los templarios y la familia que se encuentran sujetos a proceso penal, no han recibido sentencias condenatorias; sin embargo, Jesús El Chango Méndez se encuentra en proceso de extradición a Estados Unidos