Raúl Potro Gutiérrez señaló que los árbitros ya pusieron el ejemplo a los jugadores, por lo que deseó que el movimiento que encabeza Rafael Márquez, zaguero del Atlas y ex jugador del Barcelona de España, tenga eco y por fin se forme un sindicato o asociación de futbolistas en México.

“En 1991-92 un grupo lo intentamos, pero parecía que solamente interesaba a los que estábamos en la selección nacional, los demás se quedaron indiferentes; no les importó y lógicamente no prosperó.

“Pasó el tiempo y me retiré, pero me fui tranquilo en conciencia porque hice la lucha, lo intentamos de buena fe; sin embargo, eso debe involucrar a los jugadores de todos los equipos, no sólo a 23 seleccionados.

“Es complejo (que se logre esa unión), sobre todo porque el jugador en México está muy cómodo, muy tranquilo, cobra bien y por lo general no tiene tantos problemas, por todo ello cae en esa indiferencia. Pero así como algunos están muy bien, hay un montón de jugadores y ex compañeros que no lo están.

Un sindicato tendría que dar apoyo a ex profesionales. Es un tema importante para los jugadores y para la misma liga. Sería en beneficio de este deporte más que de intereses particulares, sostuvo.

Gutiérrez consideró que es el momento propicio. “Hoy en el futbol soplan otros aires, los nuevos tiempos obligan a muchos cambios y en México nos hemos negado a adoptarlos por las razones que sean. Penosamente tuvo que suceder algo con los árbitros, pero se debe pensar en actuar ya.

Sólo en la práctica se podrá saber si estamos listos, si las circunstancias son más en favor que en contra. Me parece que valdría la pena que se intentara para que todo funcione mejor, expresó.

Pienso que el gremio arbitral, lo mismo que el de jugadores, deberían gestionarse por separado, con independencia de la federación; sería lo más sano y es lo normal en todos los lugares donde están bien organizados.

En cuanto al conflicto arbitral, el ex timonel de la Sub-17 y la Sub-23 aclaró. “Yo estoy en favor de lo que debe ser. En mi concepto de este juego jamás se puede tocar al árbitro, es algo impensable.

Es un tema que siempre busqué promover en las nuevas generaciones, con los jóvenes que desgraciadamente siempre son más propensos a imitar lo malo que lo bueno. Pero con los chavos que trabajé lo hablé mucho, porque independientemente de si el árbitro se equivoca o no, es un ser humano y merece respeto.

Lo que sí criticó fue la violencia en los estadios y dijo que se deben cumplir los protocolos de seguridad.