Martes 14 de marzo de 2017, p. 6
El Cairo.
El torso de una estatua descomunal que podría ser de uno de los más importantes faraones egipcios fue extraído de un pantanal subterráneo en un suburbio de El Cairo, donde fue descubierto recientemente.
Con unas tres toneladas de peso, el torso tuvo que ser elevado por una grúa hasta que docenas de trabajadores lo llevaron a terreno seco, donde lo cubrieron con un manto blanco.
Un primer trozo del coloso, parte de la cabeza, fue sacado el pasado jueves.
El Ministerio de Antigüedades informó que la estatua sería ensamblada en el museo egipcio en el centro de El Cairo. Luego la pieza junta será llevada al Gran Museo Egipcio, recinto que se abrirá pronto cerca de las pirámides de Giza.
La estatua quizás sea de Ramsés II, quien subió al trono a principios de su segunda década de vida y gobernó Egipto 60 años, hace más de 3 mil años. Se cree que Ramsés II expandió el territorio egipcio hasta lo que ahora es Siria en el este y Sudán en el sur.
Tal expansión le valió el título de Ramsés el Grande
, uno de los faraones más poderosos del antiguo Egipto.
Falta la parte inferior
La estatua fue descubierta la semana pasada por un equipo arqueológico alemán-egipcio en el distrito de Matariya, en El Cairo.
Mide en torno a ocho metros y se encontraba sumergida tres metros en aguas subterráneas debajo el barrio obrero de Al Matariya.
Entre otras piezas, fueron rescatadas partes de la corona, un fragmento de la cabeza, el ojo derecho y la oreja izquierda.
Ayer se recuperó la parte superior de la escultura. El equipo de arqueólogos lleva excavando en la zona desde 2012.
Probablemente pertenece a Ramsés II o a un gobernante anterior, de modo que después fuera utilizada como Ramsés II
, explicó el ministro egipcio de Antigüedades, Jaled el Enany. Según añadió, el hallazgo es uno de los más importantes de los años recientes
.
Esperamos encontrar el resto de la estatua, pero es posible que fuera reutilizada para otros monumentos en El Cairo
, dijo a los reporteros Dietrich Raue, director del equipo alemán de arqueólogos que trabaja en colaboración con expertos locales.
El año que viene, los restos serán trasladados al Gran Museo Egipcio o Museo de Giza, que se construye en las afueras de la capital, a escasos kilómetros de las famosas pirámides.