Domingo 12 de marzo de 2017, p. 16
Guatemala.
El número de adolescentes muertas por el incendio en un albergue para menores, ocurrido el miércoles en Guatemala, subió a 39 con el fallecimiento de otras tres jóvenes que sucumbieron a las heridas, informó este sábado el hospital estatal Roosevelt.
Las niñas murieron en la unidad de cuidados intensivos del nosocomio, uno de los dos centros públicos a los que fueron llevadas las sobrevivientes, indicó la oficina de prensa de este centro de atención médica.
Con este nuevo balance quedan 14 chicas ingresadas, de las cuales ocho están en condiciones críticas.
En el lugar del siniestro perecieron 19 jóvenes, mientras 11 fallecieron en el hospital San Juan de Dios y nueve más en el Roosevelt, por la gravedad de sus heridas. Todas tenían entre 14 y 17 años. Cuatro de las sobrevivientes viajarán este sábado a Estados Unidos para ser tratadas por las graves quemaduras.
Protestas en la capital
En tanto, cientos de guatemaltecos protestaron ayer frente a la Casa Presidencial y el Palacio Nacional de Cultura, ubicados ambos en el centro histórico de la capital. Los inconformes culparon al gobierno del presidente Jimmy Morales de negligencia para evitar la tragedia.
Algunos manifestantes llevaban banderas guatemaltecas azul y blanco con manchas de pintura roja, como muestra de indignación por la muerte de las adolescentes, mientras otros portaban estas insignias en color negro, en señal de luto.
El albergue, bajo resguardo de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia, tenía capacidad para 400 jóvenes de ambos sexos, pero unos 800 menores estaban hacinados en el lugar. Este centro se había puesto en el ojo del huracán por un largo historial de abusos sexuales y otros maltratos.
El titular del albergue, Carlos Rodas, renunció al cargo y un juzgado le prohibió salir del país, a solicitud de la fiscalía, que inició una investigación sobre la tragedia.
Las víctimas comenzaron a ser enterradas el viernes, aunque el Instituto de Ciencias Forenses todavía no ha entregado todos los cadáveres, porque varios deberán ser identificados con pruebas de ADN.