Nada ha cambiado desde 2015, cuando iniciaron la lucha que incluyó toma de carreteras, dicen
Caravana nacional estuvo ayer en Nayarit; llegará el 17 a CDMX para la gran movilización
Domingo 12 de marzo de 2017, p. 27
Culiacán, Sin.
La lucha que emprendieron los jornaleros del valle de San Quintín, Baja California, hace dos años para acabar con la esclavitud en los campos agrícolas, obtener mejores salarios y prestaciones, así como el derecho a la seguridad social, sigue en este 2017 con la caravana nacional por un salario digno
que arribó ayer a Tepic, Nayarit.
Los trabajadores agrícolas de San Quintín, que iniciaron esta movilización el pasado 4 de marzo, llevan alrededor de 2 mil 300 kilómetros recorridos hasta este sábado con el objetivo de llegar a la Ciudad de México el próximo viernes y participar en una gran movilización simultánea en la capital del país y Baja California.
La caravana ya visitó Hermosillo y Navojoa, en Sonora, donde recibieron solidaridad de comunidades indígenas. Luego estuvo en Los Mochis, cabecera municipal de Ahome, Sinaloa; después en Culiacán, y Mazatlán de esta entidad. Ayer también se manifestaron en el zócalo de la ciudad de Tepic, Nayarit.
Lorenzo Rodríguez, secretario general del Sindicato Independiente Nacional Democrático de Jornaleros Agrícolas (Sindja), indicó que alrededor de 80 mil jornaleros del valle de San Quintín, Baja California, siembran, cosechan y empacan pepino, fresa, arándano, chile, tomate, mora, calabaza y otros productos, la mayoría exportados, pero que a ellos no les permiten salir de pobres.
Recordó que tras la movilización de 2015, que incluyó toma de carreteras y paros laborales, de los 80 mil jornaleros, unos 15 mil se afiliaron al Sindja; el salario subió 15 por ciento, pero también la jornada, pues antes consistía en recolectar 45 botes de pepino, y ahora son 60, el adicional –a partir del 61–, pasó de pagarse de un peso a 1.50, y ahí terminan los beneficios
.
Universitarios, trabajadores jubilados, organizaciones opuestos al incremento al precio de la gasolina, defensores de los derechos humanos, mujeres que luchan por la igualdad de género, ciudadanos que protestan por los homicidios, mujeres que buscan a sus familias desaparecidos, comunidades yaquis y seris de Sonora, y mayos de Sinaloa, los han respaldado a su paso.
Los participantes señalaron que formar parte de la caravana significa gastar lo poco que tienen, pero es mejor que quedarse a trabajar para sobrevivir, pues en San Quintín la vida es cara: una sola comida, la de mediodía, los hace gastar alrededor de 80 pesos, y dejar de trabajar un día, y no ganar su salario de 150 pesos.
Dijeron que luego de las protestas de hace dos años, patrones y gobierno se unieron para dividir el movimiento y lo lograron. De una organización nacieron tres o cuatro sindicatos charros
afiliados al PRI –que no defienden a los trabajadores del campo–, pero la lucha se mantiene, aunque en ésta ya no participan los que afiliaron sus sindicatos a la Confederación de Trabajadores de México.
En la caravana donde también participan Bonifacio Martínez Cruz, Fidel Sánchez, Juan Hernández, organizadores de esta movilización, Lorenzo Rodríguez refirió que su situación se debe a la corrupción de los funcionarios que llegan al poder y sólo piensan en beneficiarse, pues “se hacen de la vista gorda ante las injusticias y todo por una buena tajada.
“Garantizan los beneficios para ellos, sus hijos, nietos y bisnietos, pero nos sacrifican a nosotros. El culpable es el gobierno, que no tiene esa capacidad, esa sensibilidad de hacer valer la ley; nuestra Constitución no es mala, sino el gobierno, que no hace su trabajo.
Luchamos por el reconocimiento de los jornaleros como trabajadores con derechos de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, que cuenten con afiliación al Seguro Social para que tengan prestaciones y puedan jubilarse o pensionarse, mejores salarios y una jornada digna de labores. Padecemos el esclavismo moderno y disfrazado
, sostuvo Rodríguez.
Entre las exigencias, dijo, está también la construcción de un hospital del Seguro Social en San Quintín, que atienda a miles de jornaleros de Chiapas, Sinaloa, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla. El gobierno amplió el hospital que ya existe (clínica 13), pero no contrató más personal.
Hemos tenido apoyo de sindicatos, organizaciones campesinas y de la ciudadanía en lo económico y con víveres. Cada vez nos motivamos más para llegar el 17 de marzo al Monumento a la Revolución
, manifestó.