l pasado 16 de febrero el Instituto de Energías Renovables (IER) obtuvo el Distintivo Oro por su desempeño ambiental, que otorga el Programa Universitario de Estrategias para la Sustentabilidad (PUES), del que depende el programa Ecopuma. Y es la primera dependencia de la UNAM que lo consigue.
Dicho reconocimiento es relevante por varias razones. En primer lugar, porque el IER siempre se ha preocupado por tener un desarrollo sustentable, dado que se dedica precisamente a las fuentes renovables de energía, que no contaminan, y existe un compromiso de toda la comunidad del instituto de ser respetuoso con el ambiente. En segundo lugar, se trata de la primera entidad académica universitaria que obtiene dicho reconocimiento, lo cual conlleva tener un porcentaje entre 66 y 100 en los grandes ejes que se evalúan, que son: energía, agua, residuos y consumo responsable, en los que el IER obtuvo: 76.33, 75, 83.33 y 68.62 por ciento, respectivamente. Se trata de un diagnóstico ambiental que mide cada uno de estos rubros. Y por supuesto que es mejorable.
Es interesante conocer, aunque sea de manera general, algunas características que se evaluaron en el instituto, dado que pueden servir como ejemplo para poner en marcha en nuestras propias casas.
En energía se evalúa el consumo, la cantidad de luminarias ahorradoras que se emplean, los sistemas de iluminación automatizados, el empleo de focos ahorradores y leds, el uso de las computadoras con monitores LCD o de cristal líquido, el uso de refrigeradores eficientes, que es uno de los grandes problemas de consumo de electricidad en todas las casas, dado que no se han cambiado durante años y pueden hacer que un consumidor pague menos luz; el uso adecuado del aire acondicionado, que no debe estar encendido cuando no hay personas trabajando, el tener computadoras e impresoras que tengan el modo ahorrador, es decir, que se apaguen cuando no se están usando; el desconectar equipos que no esté en uso, tener un transporte institucional o compartir el automóvil y utilizar alguna energía renovable, por mencionar solo algunos.
En relación con el agua, además de conocer su consumo, se deben emplear llaves ahorradoras en los lavabos. Me pregunto: ¿en cuántas casas de México se emplean?, tener inodoros, mingitorios y regaderas ahorradores, adaptadores que reducen el gasto de agua, tener despachadores o bebederos de agua potable directamente conectados a la red hídrica, con lo cual no tenemos que comprar botellitas o botellotas de agua, regar con agua tratada no potable, limpiar y cuidar tinacos y cisternas, tener vegetación de bajo consumo de agua y aprovechar el agua de lluvia, entre otros.
Los residuos también son relevantes. Lo deseable, según muchos ecólogos, es llegar a no producir basura, meta conocida como basura cero. Sin embargo, en la evaluación de residuos uno de los problemas más frecuentes es que las personas no tiran el papel del baño en el excusado, sino en un bote de basura que generalmente está abierto y la contaminación se esparce por todos lados, por ello en el IER no hay basureros en los inodoros (únicamente se tienen en los baños de mujeres para las toallas sanitarias y lo dicen explícitamente); así que el papel de baño se debe tirar en el excusado, dado que se usa papel que se degrada. Por otro lado, está la separación de residuos sólidos urbanos, que en el caso del IER se hace en cuatro botes (orgánico, papel y cartón, vidrio y aluminio, y otros), se debe de disponer correctamente de los residuos peligrosos y hace acopio y disposición de pilas, por un lado, y de aparatos electrónicos por otro.
Finalmente, se evalúa el consumo. Vale la pena señalar que uno de los puntos más importantes es consumir papel que posea cuando menos 50 por ciento de fibras de bosques o plantaciones sustentables, es decir, que se siembran más árboles de los que se cortan; también se revisa que el consumo de vasos, platos, cubiertos, etcétera, sea de materiales con cuando menos 50 por ciento de fibras reciclables, no usar unicel, usar pilas recargables y circulares electrónicas.
Los aspectos señalados pueden servir de ejemplo en sus casas para que muy pronto tengan su distinción oro, que puede ser evaluada por el Programa de Estrategias para la Sustentabilidad (PUES) de la UNAM.