La premio Cervantes 2013 presentó su libro más reciente en la feria del Palacio de Minería
Evocó a las mujeres que protestan contra Trump en EU y a las trabajadoras domésticas de AL
Domingo 5 de marzo de 2017, p. 4
Para la escritora y periodista Elena Poniatowska no se necesita ser una persona indómita para darse cuenta de que el gobierno mexicano le ha fallado a mujeres, niños y al país entero, y nos ha puesto en una situación donde, por ejemplo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nos puede faltar al respeto y maltratar, y que se es capaz de deshacerse, como está haciendo, de los migrantes
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Durante la presentación de su libro Las indómitas (Seix Barral, 2016), en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, edición 38, la colaboradora de La Jornada expresó que México no tiene el gobierno que merece y que una de las tareas que se tienen como sociedad es cambiar el gobierno.
Acompañada por la antropóloga Marta Lamas, la autora presentó su libro en el que rinde homenaje a mujeres admirables de quienes aprendió mucho, como Josefina Bórquez, Nellie Campobello, Josefina Vicens, Rosario Castellanos, Alaíde Foppa y Rosario Ibarra de Piedra, entre otras.
Ante un público que abarrotó La Capilla del edificio concebido por Manuel Tolsá, la ganadora del Premio Cervantes 2013 explicó que son también mujeres indómitas las que van en el Metro, las que van por el mandado, las que trabajan en oficinas. Ahí están las mujeres y ahí está la fuerza, lo importante es tener conciencia, pero mucha gente no se da cuenta de su fuerza y otros se lo tienen que decir
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Poniatowska mencionó también como mujer indómita a la periodista Carmen Aristegui. Recordó que en una edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, mientras entraba la comunicadora a un salón, la gente le gritaba: ¡presidenta!
Ella es una mujer absolutamente clara en su posición política, que no se deja gobernar, manejar, y en México hay muchas mujeres indómitas.
La escritora explicó que el título de la obra, publicada por Seix Barral, está inspirado en la luchadora social Rosario Ibarra y su Museo de la Memoria Indómita.
La presentación de Las indómitas transcurrió entre las lecturas de algunos capítulos que realizó Marta Lamas y comentarios de la autora, como el que hizo sobre Jesusa Palancares, lavandera malhablada, pero también ser excepcional que vivía en la pobreza y que la Revolución no le dio nada a cambio
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Mujeres, a tomar Palacio
Después de compartir su experiencia con Jesusa, Poniatowska evocó la valentía que han tenido las estadunidenses que se han manifestado contra Trump. “Han dado lecciones de valentía extraordinarias y dignas, como las de las soldaderas de la Revolución Mexicana. Si nosotras las mujeres nos decidiéramos a tomar Palacio Nacional, podríamos imponer al candidato que quisiéramos, sólo es cuestión de tomar esa decisión”.
A la historia de Palancares, le siguió la de Nellie Campobello, única autora de la Revolución Mexicana a la que nunca le hicieron caso por ser mujer, por eso se dedicó a la danza y recogió los bailes de México; se dedicó a eso y seguramente le resultó más gratificante que la literatura, porque no le habían hecho caso los grandes autores
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La autora de La noche de Tlatelolco expresó que nadie sabe dónde, ni qué día murió Campobello, ni si murió en Tlaxcala o en la Ciudad de México. No sabemos nada de ella; eso jamás hubiera pasado con un hombre
, añadió.
En la charla con la escritora también se mencionaron las historias de Josefina Vicens y de Rosario Castellanos, así como la situación de las trabajadoras domésticas en América Latina.
Las chicas del servicio doméstico hacen de todo y saben más de nosotros que nadie en la Tierra. México es de los pocos países en el mundo donde se tiene a otro ser humano más o menos a su servicio; este es un sistema que ya no existe en ninguna parte del mundo, ni en Europa o Estados Unidos, donde el plomero gana más que cualquier pinche periodista
, comentó la escritora, quien en cada intervención fue ovacionada por el público.
Al final de la presentación la autora de Las indómitas firmó algunos libros a sus lectores.