Alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa marcharon ayer para conmemorar el 91 aniversario de esa institución y exigir mejores condiciones de trabajo, ya que en la actualidad todos estos centros de estudio funcionan en condiciones muy precarias, debido a la política de exterminio de dicho modelo educativo por parte del Estado.

Alrededor de 50 jóvenes se reunieron en el llamado antimonumento dedicado a los 43 normalistas de Ayotzinapa que permanecen desaparecidos desde septiembre de 2014, y se dirigieron en caminata hacia las instalaciones de la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación.

Javier González, secretario general del comité estudiantil de Ayotzinapa, explicó a La Jornada que uno de los objetivos de la marcha fue denunciar que la violencia política contra la Normal Raúl Isidro Burgos ha sido una constante a lo largo de la historia.

Prueba de ello es que los estudiantes de esta escuela han sufrido agresiones no sólo en 2014, con la desaparición de sus 43 compañeros, sino también en 2011, con el asesinato de los alumnos Jorge Alexis Herrera y Gabriel Echeverría a manos de policías estatales, y en 2016, con la muerte de los jóvenes Filemón Tacuba y John Hernández al ser asaltados en una unidad de transporte público.

Pero además de ello, la escuela se ha visto obligada a trabajar en condiciones de gran precariedad, debido a que las autoridades no le otorgan presupuesto suficiente ni a Ayotzinapa ni a las 16 normales rurales que aún existen en el país, denunció González.

Tenemos instalaciones viejas, con más de 40 años de antigüedad. Necesitamos que mejoren los dormitorios, el drenaje, la instalación eléctrica, además de que el gobierno nos apoye en el traslado a prácticas de estudio que son en comunidades ubicadas a más de seis horas de camino, y que construyan aulas y las equipen con tecnología, subrayó.

Hace un año, el gobierno le dio 50 millones de pesos a todas las normales rurales, que obviamente son insuficientes. Hay una política de exterminio contra este modelo, un proceso de abandono y de olvido porque aquí hay preparación pedagógica y también política. Este foco de organización siempre ha sido visto por el gobierno como un peligro, denunció el líder estudiantil.