Una dura crítica a la industria de Hollywood y al papel que juega la mujer en la dinámica del negocio cinematográfico es el relato que aborda Días sin llamado, segundo largometraje de la realizadora estadunidense Zoe Cassavetes.

La cineasta siguió los pasos de su padre, el director John Cassavetes, pionero del cine independiente, la improvisación y del estilo vérité en Estados Unidos.

El proceso para filmar esta cinta en 20 días no fue fácil. Realizar una película es un gran sueño. Hay muchos cambios en el camino, incluso cuando ya no queda mucho presupuesto. Tenemos que luchar contrarreloj, afirmó Cassavetes.

En referencia al mundo de las grandes y pequeñas producciones, dijo que el panorama “es muy complicado. Un buen ejemplo es Luz de Luna (ganadora del Óscar como mejor película), que ahora está en todas partes, pero sin el apoyo de la productora de Bradd Pitt probablemente no tendría esta exposición. Lo mejor es que pudiera exisitir un balance entre las producciones mayores y las independientes.

Relevancia y oportunidad

El interés de la directora por contar historas por medio de la figura de la mujer confluyó con la relevancia de este asunto social en la actualidad.

Tuve mucha suerte de que justo ahora el tema sea tan actual e importante, aseguró.

Cassavetes expone que es injusto que el papel de la mujer, no sólo en la industria del cine, sino en el mundo en general, sea desigual y no tenga equilibrio respecto del papel del hombre.

No soy feminista, soy humanista. Pienso que el feminismo de pronto aleja más la igualdad de géneros. Crecí en un hogar con mucha inspiración y sentimientos familiares; para mí eso es lo más importante. Es verdad, me gusta hacer películas sobre mujeres, pero por ser una, no por feminista, aseguró.

Días sin llamado parte de una antigua estrella hollywoodense, Mia Roarke, quien lucha por mantener a flote su carrera y su dignidad en una industria que obedece a un sentido sexista y en constante cambio.

A sus 40 años se da cuenta de que la fama ya no la rodea y sobrevive en medio de situaciones poco convencionales para ella y diversas audiciones para pequeñas películas.

Volver a las luces de la notoriedad y la popularidad tras ciertos sucesos incómodos y degrantes es la interrogante que experimentará Roarke.

Retos superados con pasión

La directora y realizadora ha superado diversos retos a lo largo de sus rodajes a partir de la misma pasión por hacer cine.

“Amo mi trabajo, pienso que eso es lo primero para seguir adelante, aunque pueda ser difícil en algunos momentos. Me siento reconfortada en medio del caos… a veces. Tienes que ser como una persona maníaca para sobrellevarlo.

Es muy emocionante, necesitas un equipo que pueda seguirte, y saber que al empezar a filmar ahí van a estar, entonces en ese momento debes confiar, detalló.

Con el esfuerzo de Cine Tonalá y la productora mexicana Bonita Films, Días sin llamado se estrenó en la Cineteca Nacional. Además de este recinto cinematográfico, se proyectará en La Casa del Cine y en el Instituto Francés de América Latina (IFAL.