El presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Ochoa Reza, ofreció ayer a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) cuota de candidaturas para los procesos electorales venideros y, de paso, propuso para esta central un asiento en la eventual mesa de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Que se oiga fuerte y se oiga claro: la CTM tendrá las candidaturas que le corresponden por su peso y relevancia histórica en el PRI, dijo.

Como invitado a la ceremonia por el 81 aniversario de esta confederación, bastión obrero del priísmo, se refirió al actual dirigente cetemista, Carlos Aceves del Olmo, como admirado maestro, respetado amigo y mi padrino.

El año pasado, el líder cetemista le dio el primer espaldarazo, en la cúpula del tricolor, para llegar a la presidencia del partido, tras la renuncia de Manlio Fabio Beltrones.

En 81 años de existencia, esta central sólo ha tenido seis dirigentes: Vicente Lombardo Toledano, Fernando Amilpa, Fidel Velázquez, Leonardo Rodríguez Alcaine, Joaquín Gamboa Pascoe y ahora Aceves del Olmo.

Tanto ellos como sus pupilos y amigos líderes sindicales, cuyas gestiones suelen ser vitalicias y conservan el poder a partir de planillas únicas, han tenido cuota en las listas de candidatos priístas; los cetemistas han sido, por esa vía, desde regidores hasta gobernadores.

Ochoa se mostró agradecido y les pidió apoyo para hacer realidad la promesa que hizo esta semana: ganar las tres gubernaturas en disputa (estado de México, Nayarit y Coahuila), así como las alcaldías de Veracruz.

Aceves del Olmo, de 76 años, respondió desde temprano, durante el congreso del sindicato azucarero, a datos publicados acerca de su gestión y su estado de salud.

Dicen que estoy tullido; no es verdad, está tullida su ch... Es cierto que tengo un problema bronquial que me preocupa, declaró, al tiempo de disculparse por no poder dar su discurso de pie.

Más tarde, durante la ceremonia de aniversario, sí se levantó de su asiento y fue hasta el podio; agradeció las palabras de su ahijado Ochoa Reza, a quien “dimos el primer aval para que fuera a la presidencia de nuestra institución.

Los padrinazgos tienen muchas interpretaciones; esta no es otra más que nos ayudemos entre todos en lo que aparentemente sabemos hacer. Yo dije: ¿me dirán así por don Corleone (personaje ficticio, del capo de la mafia siciliana) o por Cantinflas, el padrino? No lo sé, pero no lo quiero averiguar, expresó.