Los Ángeles.

Por dar un aventón a un amigo que iba a recoger a un familiar en San Diego desde Los Ángeles, California, fue arrestado el segundo dreamer por la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer el abogado del detenido.

El de Jesús Alonso Arriola Robles, de 22 años, nacido en México y traído por sus padres desde pequeño a Estados Unidos, es el nuevo caso que ha generado protestas en este país, luego que fue detenido por agentes de la Patrulla Fronteriza la madrugada del domingo 12 de febrero.

Arriola Robles conducía un vehículo acompañado de un amigo indocumentado, cuya identidad se desconoce, y se dirigían desde West Hollywood, en Los Ángeles, a El Cajón, en San Diego, para recoger al tío de este último.

Durante el viaje fueron detenidos en un punto de revisión de la Patrulla Fronteriza y después que los agentes descubrieron que el amigo de Jesús no tenía papeles en regla, Arriola Robles fue acusado de presunto tráfico de indocumentados.

Su abogado Joseph Porta afirmó que las autoridades migratorias evadieron informar sobre la localización de su defendido, quien de San Diego fue trasladado en cuestión de días a un centro de detención en Arizona y luego a otro en Atlanta, Georgia.

Familiares de Arriola Robles reconocieron que el joven aceptó llevar a su amigo de Los Ángeles a San Diego a cambio de 500 dólares, pero que desconocía que fuera indocumentado.

El abogado Porta explicó que un agente fronterizo informó a la madre de Arriola Robles que había sido detenido la madrugada del 12 de febrero bajo sospecha de tráfico de humanos.

Porta aseguró que Arriola Robles no tiene antecedentes penales y denunció que las autoridades migratorias se negaron, durante varios días, a precisar la ubicación de su cliente. Advirtió que pedirá la libertad bajo fianza y el traslado a un centro de reclusión cercano a donde fue detenido.

El primer dreamer detenido por la administración Trump aún se encuentra en un centro de detención en Seattle, Washington, luego de haber sido arrestado tras la incursión de agentes de migración en su domicilio, cuando pretendían aprehender al padre de éste.