Tenía 10 años cuando la encontraron; fue víctima de abusos de su apropiador
Viernes 24 de febrero de 2017, p. 28
Buenos Aires.
Hay dolores que duelen más y eso nos pasa cuando muere alguien como Carla Graciela Rutila Artés, a los 42 años, una de las primeras nietas recuperadas por las Abuelas de Plaza de Mayo en 1985
, porque había vivido todos los horrores y ahora junto a sus hijos comenzaba un camino de otras esperanzas sin dejar de luchar por la justicia.
Lo dijo una conmovida abuela, de las varias que estuvieron junto a Carlita en aquellos momentos, cuando por fin pudo abrazar a su familia. Tenía 10 años de edad, y había sufrido abusos y malos tratos en manos de su apropiador, Eduardo Ruffo, agente de inteligencia y ex miembro de la paramilitar Triple A, uno de los responsables del Centro Clandestino de Detención Automotores Orletti, la principal sede de la Operación Cóndor en Buenos Aires, durante la pasada dictadura militar (1976-1983).
Como ella lo contaba en aquel día de su resurrección
en la oficina de un juzgado pudo al fin acurrucarse en los brazos de su abuela la actriz Matilde Sacha Artés Company, que la había rescatado del horror de haber sido apropiada por un criminal de lesa humanidad.
Sentí que me habían restituido el amor y mi nombre y que detrás quedaba una historia cruel que no podría olvidar
, contaba en una entrevista donde me narró todos los horrores vividos con Ruffo, que abusó de la niña, e incluso perdió buena parte de la audición de un oído por golpes recibidos por éste.
Hija de la argentina Graciela Antonia Rutila Artés y del uruguayo Enrique Joaquín Luca López , militantes que se habían incorporado al Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia, Carla nació el 28 de junio de 1975 en Miraflores, Perú, y luego sus padres se trasladaron a Bolivia, donde vivieron una vida de lucha y clandestinidad.
El 2 de abril de 1976, Graciela Antonia, dirigente estudiantil y su hija fueron detenidas en Oruro, donde la madre debió sufrir torturas y ella estuvo un tiempo en un orfanato. A fines de agosto de 1976 madre e hija fueron entregadas por policías bolivianos a la gendarmería argentina y llevadas a Orletti. Su padre desapareció el 17 de septiembre de 1976 en Bolivia.
En Orletti, Carla tenía un año y tres meses. Yo sé que debo haber estado tres semanas, como mucho un mes. Me acuerdo del suelo, la altura de una canilla, los pitidos del tren: eso no se me olvidó nunca, porque al día de hoy sigo teniendo los pitidos frecuentes adentro del oído
, recordaba en sus declaraciones en los juicios por el Plan Sistemático de robo de niños, durante la dictadura militar (1976-1983). Y luego con toda valentía volvió a declarar en el juicio que se realizó en esta capital, contra los responsables de la Operación Cóndor y que terminó con fuertes condenas en 2015.
Todo esto revivió fantasmas en Carla, que vivió 25 años con su abuela en España, adonde se fueron huyendo por amenazas y el temor cuando se produjo el golpe militar contra el entonces presidente Raúl Alfonsín, tratando de terminar con el histórico juicio a las juntas militares.
Con enorme dolor en el alma las Abuelas de Plaza de Mayo tenemos que comunicar el fallecimiento de la nieta restituida Carla Graciela Rutila Artés, a causa de un cáncer, corolario de una vida durísima
, expresaron en un comunicado donde relatan la historia de esta mujer joven, cuya fortaleza destacaron.
Declaró (en los juicios) con la fortaleza que la caracterizaba, mirando a Ruffo a los ojos
, dicen las abuelas en otro párrafo. Con fortaleza enfrentó la enfermedad que hoy se la llevó. Recordamos, como si fuera hoy, la inmensa alegría de volver a abrazarla luego de tantos años. Hasta siempre, querida Carla. Las Abuelas
.