La investigación aeroespacial, que estaba reservada para unos cuantos países hasta hace unos años, comienza a abrirse para los mexicanos. Cinco alumnos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recién regresaron de Australia, donde participaron en una estancia académica que los acercó a su sueño: involucrarse en la carrera espacial.

Los jóvenes forman parte de dos agrupaciones estudiantiles: UNAM Space y la Asociación Aeroespacial. Fueron los primeros mexicanos en ser aceptados para una estancia en la International Space University (ISU), que este año se realizó en Australia.

Tras su empeño académico lograron conseguir cinco lugares para otros compañeros en la próxima estancia de la ISU, que se realizará en Irlanda en julio y agosto próximos.

En conferencia, Tania María Robles Hernández, Luis Ángel Castellanos Velasco, Juan Carlos Mariscal Gómez y Genaro Marcos Acosta narraron su aventura y la forma en cómo esta enriqueció su visión y conocimientos.

En nuestra estancia en la ISU los compañeros y profesores se impresionaron y nos felicitaron por nuestro esfuerzo para llegar allá y las ganas de aprender.

Viajar hasta el otro lado del mundo no fue sencillo. A diferencia de los estudiantes de otros países, quienes recibieron el apoyo de sus casas de estudios o algunas empresas, los mexicanos tuvieron que recurrir a otras estrategias. Circo, maroma y teatro, bromearon, ya que hicieron campañas y hasta pidieron donativos con el fin de conseguir el dinero que les permitiera estar en la estancia académica.

Esta experiencia los ha motivado e inspirado. Afirmaron que si hace unos meses tenían claro que no claudicarían en sus sueños, después de su estancia en Australia quieren ir por más para demostrar lo que se puede lograr desde México con trabajo en equipo y proyectos concretos. Tienen un solo objetivo: ser astronautas y llegar a Marte.

Además, la Agencia Espacial Europea eligió a un robot explorador desarrollado por los integrantes de la UNAM Space para participar en una misión análoga en Polonia, que simulará las condiciones de Marte y que se realizará a mediados de año.

Es un prototipo autónomo llamado Roven-2, capaz de recolectar muestras del suelo y con el que ganaron recientemente la competencia Sample Return Robot Challenge 2016, convocada por la NASA y por el Instituto Politécnico de Worcester.

El reto para los integrantes de este equipo universitario será mejorar el prototipo para que un astronauta lo maneje de forma sencilla. Rover está hecho para tomar muestras de la superficie, pero debe ser autónomo, por ello está dotado de inteligencia artificial. El robot tendrá que ser programado para funcionar de manera autónoma, pues ellos no estarán presentes para operarlo.

Los chicos no descansan: también buscan posicionar a la UNAM Space como empresa para desarrollar robótica espacial en México y en otras naciones. En esto los asesora la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la casa de estudios.