n 1904 el empresario Carlos L. Seeger estableció en Ciudad de México la línea Omnibuses eléctricos, que años después iría del Zócalo al Ángel de la Independencia. Y también había un servicio de Coches, automóviles eléctricos
con 19 sitios de carga, como consta en las actas de cabildo de Ciudad de México, según nos refiere el ingeniero José de la Herrán, en su fascículo El auto eléctrico una solución apremiante, colección Ciencia de Boleto, DGDC-UNAM, 2014. Así que hace más de un siglo los mexicanos ya estábamos preocupados por la contaminación de los hidrocarburos y ya se utilizaban los transportes eléctricos. De ellos, tal vez el más destacado es el tranvía eléctrico, inaugurado en 1900 por Porfirio Díaz (https://www.youtube.com/watch?v=NPxFMN9R2cE ).
Cuenta José de la Herrán que el automóvil eléctrico apareció antes que el de gasolina. Y Thomas Alva Edison se convirtió en uno de sus principales defensores. Éste discutía con Henry Ford para señalarle que el auto eléctrico tenía dos grandes ventajas respecto a los de gasolina: 1) Tenía menos partes móviles, dado que el coche eléctrico tiene únicamente el rotor del motor eléctrico y, 2) La eficiencia del motor eléctrico es de alrededor de 90 por ciento, mientras que el de gasolina está en aproximadamente 15 por ciento.
Hoy sabemos que el petróleo, el gas y el carbón, tarde o temprano se van agotar; el consumo de dichos combustibles está directamente relacionado con la elevación de la temperatura del planeta y el aumento del nivel de los mares, razón por la cual se ha hecho un llamado mundial para que todos los países contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático (en los que México contribuye con uno por ciento) y usen fuentes renovables de energía y, finalmente, en el caso de México, se importan alrededor de 50 por ciento de las gasolinas, lo que se traduce en una elevación de los costos cuando aumenta el dólar, como ha ocurrido ahora.
Por ello, parece oportuno señalar algunos cambios estructurales que beneficien a la economía de México.
El primero de ellos que es formar una empresa mexicana que se encargue de producir los primeros automóviles y camiones 100 por ciento mexicanos, afortunadamente se acaba de anunciar. Y serán las empresas Giant Motors, del grupo Inbursa, y Moldex, de Bimbo, las que han anunciado que tendrán un auto mexicano eléctrico para 2018 y, se dedicarán en un principio al sector de los taxis, lo cual a todas luces es una buena noticia, dado que parece que han integrado a académicos del Tecnológico de Monterrey y podrían también si lo desean tener asesoría de la UNAM y la UAM, universidades que tienen experiencia en autos eléctricos y baterías de ion de litio, así como también ofrecer empleo a los trabajadores inmigrantes que regresan de Estados Unidos.
En el caso de los camiones, ya existen algunas empresas en México, como Dina y Volvo, que han hecho demostraciones de sus camiones eléctricos. Y valdría la pena mencionar a la empresa china de camiones solares BYD, que ha producido camiones para todo el mundo. De los ferrocarriles eléctricos y el Metro me ocuparé en otro artículo.
El segundo cambio es fundar una empresa mexicana que brinde empleo a los inmigrantes que regresan a México, encargada de hacer centrales solares de concentración y fotovoltaicas en todo el país, que serán las que se encargarán de producir la energía eléctrica que requieren nuestros transportes eléctricos y por qué no colaborar de manera representativa en la producción de electricidad en México.
Algunas ventajas de los transportes eléctricos son: 1) Reducir hasta llegar a cero, la importación de gasolinas, en un país petrolero como es México. 2) Empezar a construir seriamente y con un objetivo concreto plantas termosolares y fotovoltaicas en México, lo que se traducirá en colaborar para mitigar el cambio climático global, que aunque algunas personas no lo crean sí existe. 3) Reducir a cero la contaminación de las grandes ciudades mexicanas (hay que señalar que los transportes de gas sí contaminan, aunque sea 60 por ciento menos que los de gasolina). 4) Emplear poco a poco con mayor inteligencia nuestras reservas de petróleo y gas. 5) Empezar a utilizar transportes más eficientes.
* Instituto de Energías Renovables, UNAM. Temixco, Morelos