Cancún.

Fernando Valenzuela se convirtió en el nuevo propietario de la franquicia Tigres de Quintana Roo, anunció el empresario Carlos Peralta, quien entregó la herencia de 62 años que recibió de su padre, don Alejo Peralta y Díaz Ceballos. La venta se hizo con la condición de que el equipo se mantenga en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y en esta ciudad.

Los inversionistas locales que encabeza el Toro de Etchohuaquila tuvieron el apoyo del gobernador Carlos Joaquín González para realizar el acuerdo comercial de un grupo regional con probada calidad moral, amor por el beisbol y un plan de desarrollo futuro para el equipo en la plaza de Cancún, dijo Peralta, quien tomó la decisión de vender la novena y el nombre de Tigres al ser sensible a las múltiples muestras y expresiones que he recibido de la afición.

En su mensaje, recordó que hace unos días tomó la difícil decisión de solicitar la separación del equipo de la LMB, en virtud de una serie de disposiciones que, consideramos, afectan de manera muy importante el desarrollo del beisbol mexicano, y en lo particular el futuro de muchos jóvenes peloteros nacionales ante la determinación de modificar en los estatutos la limitante del número de extranjeros o de origen mexicano, pero formados fuera del país.

Destacó que en congruencia con su manera de pensar y con los principios que lo han regido durante toda su vida, “me fue imposible rectificar mi decisión de abandonar la liga por las causas expuestas anteriormente.

“Estoy convencido –dijo– que la postura tomada por la LMB traerá consecuencias negativas para los jóvenes peloteros nacidos y formados en México. Me duele y lo lamento profundamente.”

Finalmente, Peralta Quintero reiteró su convicción de impulsar el talento deportivo nacional como lo ha hecho Grupo IUSA durante 62 años y deseó a la nueva directiva de Tigres el mayor de los éxitos en esta nueva etapa, pues el equipo no pudo haber quedado en mejores manos.

Posteriormente, Fernando Valenzuela hizo un recorrido por el parque de pelota Beto Ávila, casa del equipo felino en los pasados 10 años, y lanzó la primera bola de la liga estatal.

El Toro aseguró sentirse halagado de asumir esta responsabilidad y se comprometió a mantener a los Tigres en los primeros lugares.

Como directivo reconoció que es nuevo en este rubro, pero asume su cargo con la misma pasión que lo hizo como jugador de los Dodgers de Los Ángeles en las Grandes Ligas.

Subrayó que encabeza un grupo que le apuesta a un equipo ganador y de tradición; por ello, el reto principal será mantenerlo en esos primero planos.