En 2016, poco más de 28 mil alumnos de escuelas públicas de los niveles prescolar a bachillerato sufrieron algún tipo de accidente, ya sea dentro de los planteles o en el camino a casa o viceversa, detalló el director del Fideicomiso de Educación Garantizada (Fidegar), de la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de México, Carlos Nava Pérez, quien detalló que 80 por ciento de esos casos se reportaron en primarias y secundarias.

En entrevista, detalló que todos esos incidentes –algunos catalogados de siniestralidad crítica– fueron atendidos mediante el programa Va Segur@, que es impulsado por la administración capitalina, y que ha permitido que la economía de los padres de familia no se vea afectada ante la presencia de algún hecho imprevisto y que dañe la integridad de los niños o adolescentes.

El funcionario detalló que ese esquema de protección es universal, es decir, que protege a un total de un millón 900 mil alumnos de escuelas públicas que cursan desde prescolar hasta el primer año de licenciatura, para lo cual el gobierno de esta ciudad destinó el pasado ciclo escolar 2015-2016, un total de 119 millones de pesos, monto que se incrementó hasta 123 millones en el ciclo 2016-2017.

Nava subrayó que el número de alumnos atendidos el año pasado (28 mil) significa apenas 1.4 por ciento del total de estudiantes con acceso a esa protección, lo que nos refleja que todavía hay muchos padres de familia o directores de escuelas que no saben de este programa, no saben que existe ni cómo funciona.

Incluso, dijo, a partir de 2013 se incorporó a este beneficio a 70 mil maestros y demás personal académico, quienes al igual que los escolares podrán acudir también a alguno de los hospitales de primer nivel que comprende el programa Va Segur@, entre ellos los hospitales Dalinde, San Ángel Inn o Torre Médica Iztapalapa, para cualquier atención derivada de un accidente, ya sea en sus planteles o en el trayecto de la casa a la escuela o viceversa.

Resaltó que esos incidentes pueden ir desde una intoxicación por comida que se les haya dado en el centro escolar, alguna fractura ósea, caídas o heridas, hasta operaciones, estudios radiológicos o análisis de laboratorio.