Fue baleado en su casa, informan activistas y autoridades locales
Sábado 18 de febrero de 2017, p. 23
Tegucigalpa.
Un dirigente de los indígenas tolupanes fue asesinado ayer por hombre armados que entraron a su casa al norte de Tegucigalpa, Honduras, como ocurrió hace casi un año con la lideresa ambientalista Berta Cáceres, informaron activistas y autoridades locales.
El profesor y dirigente indígena José Santos Sevilla fue ejecutado a tiros por unos cinco hombres que entraron a su casa en la montaña de La Flor
, unos 70 kilómetros al norte de la capital”, declaró la coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras, Bertha Oliva.
El alcalde del municipio de Orica, Alexander Rodríguez, lamentó el crimen y dijo desconocer las causas.
Oliva consideró que con Sevilla pasó lo mismo que con Berta Cáceres y esto coincide con lo que dijo en su informe (la organización británica) Global Witness, que los defensores de la tierra y del ambiente están en peligro de ser asesinados en Honduras
.
Cáceres, coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, fue ultimada en marzo pasado por sicarios que entraron a su casa en La Esperanza (oeste).
Ocho personas están presas por el crimen, entre ellas un empleado de Desarrollos Energéticos SA, quien amenazó de muerte a la dirigente indígena lenca por oponerse a la construcción de una represa hidroeléctrica en el río Gualcarque, que atraviesa territorio indígena.
La agrupación humanitaria Global Witness advirtió el pasado 31 de enero que figuras políticas y económicas relevantes están relacionadas directa o indirectamente con la violencia contra activistas ambientales en Honduras.
La organización puso de relieve que Honduras es el país más peligroso del mundo para quienes defienden las tierras, como lo ilustró el asesinato de Berta Cáceres. Alertó además sobre los riesgos para la comunidad indígena tolupan, integrada por unos 18 mil habitantes de 28 tribus, por defender sus territorios ancestrales.
Desde 2010 más de 120 personas han muerto por protestar contra grandes proyectos de infraestructura en sus comunidades, según el informe.