Fue pilar de ese quehacer al lado de Tibol y Manrique, dijo la titular de la Secretaría de Cultura
La UNAM se alistaba para entregar a la catedrática la medalla al mérito universitario
Sábado 18 de febrero de 2017, p. 4
Con la muerte de Teresa del Conde se cierra un ciclo dentro de la crítica artística de México del siglo XX, del que ella –junto con Raquel Tibol y Jorge Alberto Manrique– fue uno de los pilares.
Se fue una mujer de conocimiento enciclopédico, rigurosa, que amó su trabajo tanto en la academia como en las instituciones y que abrió el camino para el crecimiento y desarrollo de artistas. Así es como la recuerdan sus hijos, amigos y colegas que acudieron a despedirla en la funeraria García López de San Jerónimo.
María Cristina García Cepeda, titular de la Secretaría de Cultura federal, expresó: “Con el fallecimiento de Tere del Conde se cierra un ciclo de la crítica artística de México en el siglo XX. Recordemos que en esa centuria hubo tres pilares en la crítica artística: Raquel Tibol, Jorge Alberto Manrique y Teresa del Conde. Con esto estamos realmente cerrando ese ciclo.
Fue una mujer comprometida con la crítica, donde propuso una visión sicoanalítica que fue una de sus grandes aportaciones. Respecto de un homenaje platicaremos con sus familiares. Ella recibió la medalla Bellas Artes en 2008, pero desde luego estaremos en la mejor disposición de hacer un reconocimiento a esta mujer que aportó tanto a las artes plásticas de nuestro país.
Pasada la media noche del jueves, el presidente Enrique Peña Nieto lamentó la muerte de Teresa del Conde. En su cuenta de Twitter público: Descanse en paz Teresa del Conde, mujer entregada a la cultura. Expreso mis condolencias a su familia y a la comunidad cultural
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Graciela de la Torre, directora de Artes Visuales de la UNAM, dijo: “Teresa del Conde fue una gran especialista en arte, en un medio donde la crítica de arte es un páramo, y más después de la muerte de Jorge Alberto Manrique y de ella. Fue una maestra impecable y una historiadora de las que más han producido obra. Fue directora de Artes Plásticas en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); fue mi jefa, recuerdo que siempre revisaba el cedulario de las exposiciones, te aportaba temas muy universales y de gran interés porque combinaba los grandes clásicos con el arte contémporaneo; también fue directora del Museo de Arte Moderno, donde dejó su huella. Fue una persona muy humana y creo que nos va hacer mucha falta.
En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) le íbamos a entregar la medalla al mérito universitario; el rector se la iba a entregar y no llegó. Ahora estamos platicando para hacerle un reconocimiento póstumo. Ya les avisaremos.
Tessa Corona del Conde, hija de Teresa del Conde, habló con los medios acerca del legado de su madre, mujer, dijo, de integridad, de amor a su profesión, de amor a sus colegas, a las instituciones para las que trabajó. Eso nos llena de orgullo. Disfrutaba mucho la música, la lectura; era una persona que siempre tenía una pluma y una ficha bibliográfica para anotar cosas. Una persona con una cultura impresionante, con una avidez de aprender. Para ella el conocimiento era ilimitado yo creo que hasta que pudo leer, los últimos libros que estaba leyendo; abrazaba el conocimiento de varias disciplinas, no sólo de la propia; sabía mucho de música, que la acompañó toda su vida, pues su abuelo tenía una estación de radio y ella hacía la programación a los 16 años; así fue como inició su carrera
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La partida de Del Conde fue muy rápida después de que le detectaron cáncer, el pasado enero, diagnóstico del que ella no se enteró. “Pensaba que se tenía que operar de cataratas y se debía preparar para la intervención, porque para ella ver era su vida y se quedó con esa creencia, pero como toda mujer de su inteligencia y estatura creo que al final se dio cuenta y hace pocos días nos pidió que la dejáramos en paz, que ella ya estaba lista, fue muy rápido, no sufrió, estuvo muy tranquila. Muy en paz, se fue escuchando su música. Le gustaba mucho la ópera, amanecía siempre con Radio UNAM, primero las noticias, luego seguía todo el programa musical de la emisora que ella amó toda su vida, junto con el INBA y La Jornada, sus tres casas”.
Colaboró en libro sobre el retrato
El fotógrafo José Ignacio González Manterola, yerno de la investigadora, adelantó que el próximo diciembre se publicará un libro sobre el retrato en el que participó Teresa del Conde con un texto sobre esa técnica dentro de la generación de la Ruptura. Era muy entusiasta de sus proyectos, muy rigurosa. Fue un poco reticente a escribir acerca del retrato en la Ruptura, pero tenía una capacidad enorme de adecuar ideas a periodos; era fantástica para organizar textos y la cantidad de información que manejaba y el marco teórico en el que te metía
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Carmen Gaitán, directora del Museo Nacional de San Carlos, expresó: Raquel Tibol, Jorge Alberto Manrique y Teresa del Conde nos formaron, nos dieron ejemplo, escribieron muchísimo; se adentraron en el mundo del arte y nos hicieron mejores mexicanos con su obra. ¿Qué nos queda a todos? Repasar sus escritos, su obra
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Gustavo Monroy, artista: Teresa del Conde es una figura tutorial muy importante, creo que no existiríamos como generación (la Ruptura) sin ella, sin su crítica, su inteligencia, sin su tolerancia, su agudísimo sentido del humor, la visión que tuvo para detectar como crítica los valores de una generación que iba emergiendo. Nos comenzó a apoyar desde que éramos muy jóvenes, y prácticamente en cierta medida nos debemos a esa generación de críticos de arte, como Manrique, Tibol, Del Conde, que nos apoyaron siempre desde donde estuvieran y nos criticaron también. Es una crítica que se ha dejado de hacer, ya no la hay académica, con argumentos tan sólidos, inteligentes, brillantes. En la crítica de arte hay una tendida a la vacuidad, a la inopia, al chiste, y entonces estas figuras tutelares dejan una vara muy alta para las nuevas generaciones.