Viernes 17 de febrero de 2017, p. 8
Considerado uno de los programas insignia de la actual administración, la Cruzada contra el Hambre opera prácticamente en medio del caos, según se desprende de las diversas observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) para la cuenta pública 2015.
En ese año no se asignaron recursos para la cruzada y sólo se reportó el gasto de los programas participantes; aunque la población objetivo fue de 6 millones de personas no se atendieron a 2.4 millones sin explicar razones y no se fijó una meta de reducción de pobreza alimentaria para ese lapso.
De acuerdo con la auditoría practicada a la cruzada, en 2015 –último año bajo la gestión de la ex secretaria de Desarrollo Social Rosario Robles– la información reportada por Sedesol fue insuficiente para evaluar el cumplimiento de objetivos de Cero Hambre
, además de que en nueve de las 15 variables de medición no se identificó a la población objetivo para analizar la factibilidad de la instrumentación de las medidas.
En su informe, la ASF destacó que en 2015, la Sedesol reportó la atención de 3.6 millones de personas –59.5 por ciento de los 6 millones que se tienen en el sistema–, “sin precisar las causas por las que no atendió al total de la población en pobreza alimentaria.
Como parte de las observaciones de la ASF destaca la reducción paulatina de los programas que integran la cruzada, pues pasaron de 70 en 2013, a 64 en 2014 y a 46 en 2015, advirtiendo que de su revisión no fue posible verificar su alineación con la atención de la prevalencia de la pobreza extrema alimentaria
Además, de estos 46 programas, que desarrollaron 129 actividades, en 10 por ciento no se reportó a la población atendida en el marco de la estrategia; en 69 por ciento no se identificó a la población objetivo y en 490 actividades no se identificó la carencia social que se atendió
.