La Habana.

Desde autobuses y camiones hasta un campo de golf de 500 millones de dólares, China profundiza su presencia empresarial en Cuba para ayudar a la isla a sobrevivir a la crisis que atraviesa Venezuela y a minimizar un posible retroceso en la distensión de las relaciones con Estados Unidos.

Las importaciones cubanas desde China alcanzaron un récord de mil 900 millones de dólares en 2015, casi 60 por ciento por encima del promedio anual en la década anterior, y se situaron en mil 800 millones de dólares el año pasado, debido al menor flujo de dinero y petróleo precedente de Venezuela por la turbulencia económica y política que atraviesa el país sudamericano.

La creciente presencia china ofrece a sus compañías una ventaja sobre sus competidores estadunidenses en la apertura del mercado de Cuba. Y podría dejar a la isla menos expuesta a la posibilidad de que el presidente Donald Trump revierta el alivio a las restricciones comerciales impulsado por su predecesor, Barack Obama.

Presión y presencia

Un deterioro en la relación Estados Unidos-China bajo Trump podría llevar a Pekín a profundizar sus inversiones en Cuba, según expertos como Ted Piccone, de la Brookings Institution, quien dijo que si Trump aumenta la presión sobre China, el gigante asiático podría incrementar su presencia en la región.

China, la segunda economía del orbe, vende bienes a Cuba en condiciones de créditos blandos. Es el mayor acreedor de la isla y la deuda se restructura regularmente, aunque las cifras y los términos son secreto de Estado.

Aunque Cuba no publica datos de inversión, la prensa ha estado informando sobre proyectos chinos en infraestructura, telecomunicaciones y turismo. Autobuses de Yutong, camiones de Sinotruk, tractores de YTO y automóviles de Geely son comunes en Cuba, donde los principales productos estadunidenses en exhibición son los autos de la década de 1950, antes de que rigiera el embargo.

Los cubanos acuden diariamente a cientos de puntos de wi-fi de Huawei, mientras la firma china coopera para conectar los primeros hogares en la isla a la web.

Los negocios están en auge, más de lo que podríamos haber imaginado, dijo el gerente de una firma naviera que pidió no ser identificado, encargado de enviar maquinaria china y equipos de transporte.

La cancillería china describió a Pekín y La Habana como buenos compañeros, hermanos y socios. Dijo que las relaciones no fueron influidas por terceros en alusión a si la coyuntura política de Washington estaba animando al país a profundizar su presencia en la isla.