Tigres anunció la semana pasada que dejaría la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), entre otras razones porque estaba en desacuerdo con la autorización para integrar un número ilimitado de jugadores de doble nacionalidad en los equipos.

La controversia terminó con la resolución a la que llegó el presidente de ligas menores, Pat O’Conner, en la que asentó que sería discriminatorio contratar como extranjeros a jugadores nacidos en Estados Unidos, pero de nacionalidad mexicana.

El presidente de la LMB, Plinio Escalante, reiteró que además de discriminatorio sería anticonstitucional, y que el argumento de que estarían afectando el desarrollo de peloteros nativos es equívoco. Desde mi punto de vista, el jugador mexicano nacido fuera de México que tenga calidad no viene a sustituir a nadie, simplemente ocupa el lugar que le corresponde para que cada equipo pueda brindar un buen espectáculo, apuntó en entrevista con La Jornada.

No creo que sustituya a un jugador nacido en México de la misma calidad, porque es obvio que los directivos preferirían al pelotero nativo si es de la misma calidad.

Escalante negó que aceptar que los equipos contraten un número ilimitado de jugadores de doble nacionalidad afecte el desarrollo de jugadores nativos. La razón es que no todas las instituciones tienen la capacidad de desarrollar talento local, trabajo que sólo pueden mantener los equipos más grandes, como Diablos Rojos, Sultanes y los propios Tigres.

Otros –explicó– requieren contratar peloteros mexicanos nacidos y formados fuera, porque así pueden competir en igualdad y garantizan un buen espectáculo, exigencia que deben a sus propias aficiones.

Escalante sostuvo que la presencia de peloteros de doble nacionalidad y formados fuera ha elevado la calidad del espectáculo y de competencia entre los peloteros locales.

El espectáculo sí ha mejorado; elevó la competitividad en la liga, expuso. Además, el pelotero mexicano va a tener que hacer un esfuerzo ante esa competencia que representa la presencia del jugador mexicano nacido y preparado fuera. Provoca mayor competitividad; el local tendrá que emplearse a fondo y buscará la manera de ser y hacer las cosas mejor para no perder el puesto.

Algunos de esos jugadores de doble nacionalidad no encontraron lugar en las Grandes Ligas –explicó–, pero tienen ese nivel. El problema al que se enfrentaban esos peloteros es que se les consideraba extranjeros en la liga mexicana.

Hoy, al considerarlos mexicanos como marca la ley, tienen oportunidad de demostrar sus facultades en el país de origen de sus padres., señaló.

Un caso ejemplar para Escalante fue lo que hicieron los dueños de Toros de Tijuana, la novena que más jugadores mexicanos nacidos fuera de México incorporó.

De ser un equipo desmantelado y en los últimos lugares, lo convirtieron en uno altamente competitivo, como se observó en la pasada final de la liga. Además, en tres años han logrado producir talento para exportar a Estados Unidos; enviaron a 16 muchachos a jugar fuera, relató el presidente de la LMB.

Mientras espera la próxima asamblea de la liga para resolver la solicitud de salida de los Tigres, Escalante confía en que predominará la unidad del beisbol mexicano. No cree que se avecine una desbandada de equipos que repitan la decisión del conjunto de Quintana Roo.