El Gobierno de la Ciudad de México destinará este año un presupuesto de alrededor de 17 millones de pesos para apoyar a los migrantes, tanto mexicanos como extranjeros, entre recursos económicos o materiales para regularizar su situación migratoria, iniciar un proyecto de negocio, que requieran de aparatos ortopédicos o auditivos, trasladar los restos de un familiar del aeropuerto a una agencia funeraria, e incluso de albergue y comida.

Rubén Fuentes Rodríguez, director de Atención a Huéspedes, Migrantes y sus Familias de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec), estimó que en un lapso de mes y medio a dos se podrá empezar a ver el impacto en esta ciudad de la política migratoria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En entrevista adelantó que es probable que a partir del próximo lunes se incremente de dos a tres el número de vuelos con deportados que arriban al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México procedentes del país vecino.

De los paisanos que llegan por esta vía, 18 por ciento, es decir, de 16 a 20 personas, son originarios de esta ciudad, por lo que en promedio estaríamos hablado de que a la semana se atendería a 60, estimó.

Comentó que en las semanas recientes aumentó el número de solicitudes de ciudadanos de Haití, nacionalidad que antes no era común su presencia. En lo que va de este año se tienen de 12 a 14 peticiones, indicó.

Fuentes Rodríguez remarcó que la capital del país siempre ha sido considerada como una ciudad hospitalaria o refugio, por lo que no está permitido hacer operativos para ubicar a esta población. Seguimos con el lema de que migrar no es delito.

Y la política del Gobierno de la Ciudad de México, de la Sederec, es ayudar a quien lo necesite.

Refirió que las demandas más recurrentes son de albergues y alimentos. El migrante llega a las oficinas de la secretaría con hambre, porque todo el día anduvo en la calle tocando puertas, y la mayoría de veces no cuenta con recursos para comprar comida.

Primeros auxilios contra hambre

Ante esta situación, agregó, la titular de la dependencia, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, dio la instrucción de contar con una especie de primeros auxilios para el hambre. Se tiene una despensa con latas de atún, galletas, sopas y dulces, porque muchas veces llegan familias con menores. Así que mientras les buscamos un albergue se les da de comer, y si es tarde y llegan con niños se compra leche y pan, expuso.

Añadió que incluso, si por la hora ya no pueden conseguirles un albergue, se les paga una noche en un hotel para que puedan dormir, y al otro día se les reubica en un albergue.

Rubén Fuentes detalló que el programa marco para la atención de esta población es el de Ciudad Hospitalaria, Interculturalidad y de Atención a Migrantes, y de ahí se derivan: regularización migratoria (apoyos económicos de 3 mil pesos hasta 22 mil para la realización de trámites); proyectos productivos mixtos (apoyo material, equipo y capacitación para la realización de negocios); organizaciones de la sociedad civil (brindan albergue, despensas y capacitación laboral, entre otras acciones), y gestión social (ayudas para aparatos ortopédicos, auditivos y traslado de restos, entre otros).