Lunes 13 de febrero de 2017, p. 24
Bucarest. Aproximadamente medio millón de personas protestaron ayer por sexto día consecutivo en varias ciudades de Rumania para exigir la renuncia del premier Sorin Grindeanu, quien firmó un decreto que flexibilizaba la ley anticorrupción y a raíz de las primeras protestas lo derogó. Las estimaciones de las televisoras hablaban de entre 200 mil y 300 mil manifestantes en Bucarest, 45 mil en Cluj-Napoca y 40 mil en Timisoara. Pero a esos balances debían añadirse movilizaciones en otras ciudades del país. El decreto, que establecía un mínimo de 44 mil euros para perseguir los delitos financieros y reducía penas de cárcel por corrupción, fue aprobado sin pasar por el Parlamento y desde entonces cientos de miles de rumanos han salido a las calles a protestar.