l olor fétido a basura en la ciudad de Bangalore es tan fuerte que despierta a los habitantes en medio de la noche. Es un hedor que amenaza su reputación como uno de los mejores lugares en India para vivir.

La conocida Ciudad de los Jardines terminó con el sobrenombre de ciudad de la basura. Esta pestilencia, ni siquiera sé cómo describirla, está en todo momento. Te despierta. Cierras las puertas, pero no da tregua, lamentó Kamesh Rastogi, quien vive cerca de una planta de tratamiento de desechos, emisora de los malos olores.

Bangalore registró una explosión demográfica en dos décadas que desbordó su infraestructura. Entre 1991 y 2011, la población pasó de 3 a 8 millones. Ante la escasez de plantas de reciclaje y la ausencia de planificación urbana, los residuos se multiplicaron en esta urbe, conocida como un oasis verde.

Ante las 3 mil 500 toneladas de desechos generados al día, el municipio reactivó en 2013 una vieja fábrica de reciclaje cerca del barrio HSR Layout. Cuando este almacén se construyó se hallaba en los suburbios de Bangalore, pero con la expansión geográfica acabó en el interior de la ciudad.

Hartos, los vecinos de HSR Layout –generalmente ejecutivos de empresas de alta tecnología– interpusieron una demanda judicial para exigir el cierre de la fábrica o su reubicación. La dirección de la empresa informó que se construye un filtro de aire para resolver el problema.

El gobierno nacionalista indio convirtió la limpieza en uno de los principales temas de su mandato. En Bangalore, las autoridades locales intentan aumentar la capacidad de tratamiento de desechos, crear nuevas plantas y mejorar el sistema de recolección de basura.

Afp