En el país, entre 2 y 2.5 millones padecen la enfermedad
Jueves 9 de febrero de 2017, p. 38
Miguel Ángel tenía siete meses de edad cuando le empezaron fiebres y crisis convulsivas, que se controlaban sólo parcialmente. Conforme creció, las segundas aumentaron, al grado de que una semana estaba en su casa y tres en el hospital; tiene una epilepsia que hasta el año pasado le provocaba 25 crisis al día, debido al fármaco resistente.
Los medicamentos disponibles no lograban mantenerlo bajo control, por lo que se convirtió en candidato a usar un dispositivo electrónico de estimulación del nervio vago, el cual le colocaron en julio pasado. Es una especie de disparador de estímulos eléctricos que llegan a diferentes zonas del cerebro para controlar desórdenes en el funcionamiento neuronal. Actualmente, Miguel Ángel, de siete años de edad, ya tiene una vida normal.
En México sólo en 200 pacientes se ha colocado un dispositivo de este tipo, alternativa para quienes no son susceptibles de un tratamiento quirúrgico, explicó el neurocirujano Enrique de Obieta.
En conferencia de prensa, Leticia Munive, presidente de la Sociedad Mexicana de Neurología Pediátrica, dijo que entre 2 y 2.5 millones de mexicanos viven con epilepsia, y en los servicios médicos de alta especialidad, como el Instituto Nacional de Pediatría, entre 70 y 80 por ciento de las consultas en el servicio de neurología son de pacientes con este padecimiento, a las cuales asisten entre 40 y 50 niños por día.
Señaló que en el país no hay una estadística puntual acerca de la cantidad de personas afectadas, entre otras razones, porque persisten el estigma y discriminación. Las familias con un niño que padece esta enfermedad prefieren esconderlo antes que acudir al médico.
Y eso que hay una amplia gama de medicamentos, incluso de cuarta generación. La especialista reconoció que entre una y otra prácticamente no hay diferencia respecto de la eficacia terapéutica, pero sí en menos efectos adversos.
Explicó que del total de pacientes, la mitad logra controlar la epilepsia con un medicamento; el porcentaje se eleva a dos terceras partes con el uso de dos, mientras el tercio restante entra en la categoría de resistentes. Estos últimos pueden ser susceptibles de someterse a una cirugía o usar un estimulador del nervio vago.
De Obieta explicó que éste es uno de los 12 nervios que se encuentran en el encéfalo, y por estudios científicos se pudo detectar que su estimulación es útil en el control de la epilepsia. Comentó que en 1997 la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos autorizó el uso del dispositivo.
Desde entonces, en el mundo, alrededor de 60 mil personas se han beneficiado del mismo. En México, dijo, también está disponible en instituciones privadas y públicas, incluso para los afiliados del Seguro Popular.