Londres.

La Cámara de los Comunes británica aprobó este miércoles por amplia mayoría, y sin modificaciones, el plan de la primera ministra británica, Theresa May, para comenzar las conversaciones formales que permitirán al Reino Unido abandonar la Unión Europea (UE).

La Cámara de los Comunes (baja) aprobó la ley por 492 votos a favor y 122 en contra. La idea es que la ley sea votada por las dos cámaras el 7 de marzo. El proyecto de ley ahora debe ser aprobado por la Cámara alta, en la que la primera ministra no tiene mayoría, antes de convertirse en ley.

La victoria marca un paso significativo hacia el comienzo de lo que se espera sea una negociación larga y difícil de dos años con la UE, en temas como comercio, inmigración y seguridad, que cambiarán el papel de Gran Bretaña en el mundo.

Vimos una votación histórica esta noche, declaró el ministro encargado del Brexit, David Davis. Una gran mayoría a favor de comenzar a negociar nuestra salida de la UE y una fuerte y nueva asociación con sus estados miembro, apuntó.

Se esfuman esperanzas

Tras sobrevivir a una rebelión menor dentro del Partido Conservador, que amenazó con socavar la autoridad y estrategia de negociación de May, el proyecto de ley fue aprobado sin enmiendas y en el plazo estipulado.

Si la ley completa su recorrido sin problemas y en los plazos previstos, May podría acudir a la cumbre europea de Bruselas del 9 de marzo a invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, puerta de salida de la UE.

Siete meses después de la inesperada victoria del Brexit en el referendo, el voto de los Comunes acabó con la última esperanza de quienes no se resignaban al resultado: que los tribunales o el Parlamento frenaran la ruptura.

La oposición había intentado introducir cambios en el texto de la ley para asegurarse cierta influencia en las negociaciones para el Brexit con la UE. Incluso estaban de acuerdo con ello algunos miembros de la fracción oficial, pero al final el gobierno logró que la ley se aprobara sin cambios en la cámara baja.

Antes de la votación principal, los legisladores rechazaron varias enmiendas, incluyendo una que buscaba otorgar protección incondicional a los ciudadanos de la UE residentes en el Reino Unido. La propuesta fue derrotada en una votación de 332-290.

La negativa del gobierno a aceptar hasta el más mínimo cambio generó inquietud en muchos legisladores de la oposición.