Las Vegas.

El Tri venció ayer por un gol a cero a Islandia, que no ofreció mayor resistencia y que del conjunto sensación de la Eurocopa 2016 sólo fue un pálido eco, en el partido que se jugó en el estadio Sam Boyd, de Las Vegas. El conjunto mexicano comenzó así la actividad rumbo a tres competencias durante 2017: el hexagonal clasificatorio a Rusia 2018, las copas Confederaciones y Oro.

Fue un partido para mirar desde el banquillo. Ambos entrenadores estuvieron atentos al desarrollo de sus jugadores. Por un lado, Juan Carlos Osorio observó a nuevos talentos. De Islandia, Heimir Hallgrímsson colocó un cuadro completamente distinto al que causó furor en la Eurocopa 2016.

En un momento de inquietud por la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, los equipos abrieron con un simbólico llamado en la cancha. Del lado mexicano, el capitán Rafael Márquez leyó unas palabras para apelar al respeto y la tolerancia.

Nos declaramos en contra de cualquier forma de discriminación, homofobia, sexismo o racismo, leyó el michoacano. Pedimos a la afición se una con nosotros para mostrar los valores del futbol: inclusión, diversidad, igualdad y respeto a todos, remató para que después su par islandés leyera el mismo mensaje en inglés.

Si bien la invitación fue al respeto, en el estadio retumbó ese grito ominoso en cada despeje del portero contrario, en este caso del islandés Frederik Schram, por lo que se abre el camino a otra probable sanción de la FIFA.

Si durante la Euro 2016, los islandeses provocaron furor, en este juego agotaron las expectativas, pues fue un equipo que salió a encerrarse con poco que ofrecer. Ninguno de estos jugadores estuvo en ese torneo europeo. Sólo el portero, pero nunca salió del banco de los suplentes.

Del lado mexicano, tres novedades: Edson Álvarez, Luis Reyes y el portero Hugo González, junto a viejos conocidos, como Rafael Márquez, y otros frecuentes, entre ellos Giovani dos Santos, Alan Pulido e Hirving Lozano, entre otros.

Osorio señaló antes de este partido que además de probar jugadores, había que medirse con un estilo de juego diferente al que se elabora en el continente; habló de probar el aspecto aéreo y justo fue un remate elevado el que significó el gol. Una jugada a balón parado y un salto impecable de Pulido que sorprendió al arquero rival.

En la segunda parte el tricolor no levantó. Como si la inercia del adversario lo contagiara. Hubo llegadas, pero sin precisión. Lozano tuvo el segundo en un vuelo con gran despliegue estético, pero sin puntería.

El partido terminó sin fuerza y con más monotonía que con la que empezó. Se trató de una victoria insípida por 1-0.