Un promedio diario de 2.3 narcomenudistas fueron detenidos por la policía capitalina en 2016 en la Ciudad de México. La mayoría de los detenidos son hombres jóvenes de entre 18 y 22 años de edad que han cambiado su forma de distribución de las llamadas narcotienditas a puntos móviles en la vía pública, con motocicleta o por pedido telefónico previo, explicó Víctor Hugo Ramos, jefe del estado mayor policial de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de la Ciudad de México, encargado de combatir este delito.

La mayor parte de las remisiones fue por comercialización de mariguana, con 544 remisiones, y cocaína, con 92, en las delegaciones Coyoacán, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza y Cuauhtémoc.

Tan sólo en lo que va del año se detuvo a 52 personas, y se decomisaron 270 kilos y 153 envoltorios de hierba verde, con las características propias de la mariguana; además de 251 envoltorios de polvo blanco, con las características propias de la cocaína; 60 pastillas, dos armas de fuego, 64 cartuchos útiles y dos chalecos blindados.

Justo ayer, explicó el funcionario, se detuvo a dos jóvenes que vendían mariguana y piedra en las inmediaciones de una vocacional del Instituto Politécnico Nacional, tras la denuncia de personal del plantel.

“No se trata de criminalizar el consumo. No es nuestro papel, pero tenemos puntos, como las escuelas, donde la prioridad es detectar a los dealers. También se detiene al comprador para acreditar el delito de venta de narcóticos y no sólo el de posesión, con el cual saldrían libres”, explicó.

Víctor Hugo Ramos detalla, en entrevista, que la policía a su cargo también trabaja en otros focos rojos, como el detectado en la calle Jesús Carranza, en Tepito, donde se han realizado cuatro operativos policiacos en el mismo lugar: en agosto de 2016 se encontraron 60 kilos de mariguana; el 8 de noviembre, 11; el 4 de diciembre, dos cajas de este enervante y los primeros días de enero se decomisaron 270 kilos de hierba verde.

Nosotros sólo podemos trabajar con las denuncias que nos llegan por distintos medios, como llamadas de emergencia, redes sociales, delegaciones y denuncias vecinales o anónimas, pero la movilidad de los distribuidores es mucha. Detenemos a unos y llegan otros diferentes. Además, lo que antes se vendía en masa en un punto, ahora se tritura y los jóvenes venden en diversos grupos, pero en pequeñas cantidades, explicó.