Ante la presencia cada vez mayor de migrantes centroamericanos que desean establecerse en México, las autoridades han diseñado leyes que favorecen su protección e integración, pero no garantizan su funcionamiento real, advirtieron especialistas.

La Ley de Interculturalidad que se aprobó en Ciudad de México en 2014 es de avanzada y debería repetirse en otros estados, pero como ocurre en el país, esas excelentes leyes no se aplican, porque los operadores ni siquiera las conocen y no llegan a reflejarse en la salvaguarda de los migrantes, señala Abbdel Camargo, del Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración.

Además, sería necesario que dichas normas protejan de manera especial a sectores especialmente vulnerables, como grupos de diversidad sexual, y eviten posibles expresiones de racismo o xenofobia.

El académico Alejandro de la Peña lamenta que frente a los migrantes centroamericanos y de otras regiones pobres, el gobierno mexicano no tiene una postura o una política de integración, más allá de detenerlos para evitar que lleguen a Estados Unidos.

Lo que sí hay es una política permanente de limitación, porque en los trámites de legal estancia se les pide tener una oferta de empleo formal, lo que deja fuera a todos los que trabajan en la informalidad, puntualiza el investigador, quien advierte sobre la xenofobia latente en México, que se manifiesta en momentos de tensión social.